Pichetto-Peña: un encuentro de dos culturas políticas, forjado por el espanto

Primera escena. Acompañado por Marcos Peña, un Miguel Pichetto de impecable traje y corbata hace su ingreso a su primera reunión de gabinete en el Salón de los Científicos de la Casa Rosada. Era la estrella de la jornada: dos días antes había aceptado acompañar a Mauricio Macri como candidato a vicepresidente y . No solo a ellos; aquel conjunto de ministros que lo esperaba sintió, después de semanas de incertidumbre, que el alma les volvía al cuerpo. La posibilidad de ganar las elecciones ya no era una quimera. Sentado frente al Presidente, Pichetto escuchaba a los funcionarios y tomaba nota; hizo preguntas puntuales y, sobre los temas de su interés, pidió que le mandasen una minuta. Los funcionarios observaban incrédulos la escena; era la primera vez que Peña, el poderoso lugarteniente de Macri, aceptaba ceder su protagonismo.Segunda escena. Hacía tiempo que la imponente sala de la Ballena Azul del CCK no lucía tan colmada. Las reuniones de gabinete ampliado suelen ser largas y tediosas, y no son pocos los funcionarios que le escapan a la formalidad del convite. Pero esa mañana, la sala rebosaba. "Me engañaron, me dijeron que iba a ser una reunión de gabinete y hay una multitud", saludó un sorprendido Pichetto. No lo hizo solo: lo acompañaba su aliada y colega del Senado, Lucila Crexell. Estoico, permaneció durante varias horas en aquella suerte de misa sui géneris del macrismo, donde las exposiciones se intercalaban con arengas a la tropa y los eslóganes proselitistas cool que caracterizan al mundo Pro. Pichetto y Crexell, acostumbrados al ritmo expeditivo de sus reuniones de bloque, se miraron de reojo: ambos supieron que aquella rara convocatoria sería para ellos su primera y última.Tercera escena. Cae la tarde en la ciudad y un chaparrón apura el ingreso de militantes peronistas al búnker de Belgrano y Matheu. Las escaleras conducen a un amplio salón empapelado de celeste con el nombre de Pichetto repetido al infinito. En la mesa principal, el candidato a vicepresidente se muestra escoltado por sus "compañeros" del Peronismo Republicano, un reducto de veteranos dirigentes leales a Pichetto que, de buenas a primeras, sintieron el desconcierto de tener que apoyar a Macri.Pichetto, escoltado por los exdiputados Humberto Roggero, Mabel Muller y Daniel "Chicho" Basile, tomó el micrófono; era su público y sabía lo que quería escuchar. "Con un triunfo de Macri vamos a derrotar definitivamente al kirchnerismo y a La Cámpora como visión dura y...

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