Pichetto, un general en busca de su redención

Entre las definiciones que dio durante su conferencia de prensa del martes, en su debut como , podría haber deslizado lo siguiente: "Soy un general que se entrega a una causa. Cuando asumo una divisa, la defiendo con fidelidad y disciplina. No discuto las órdenes. Ante los altos mandos, solo cabe cuadrarse y ejecutar. La moral del soldado tiene su épica, pero puede resultar ingrata. El fragor de la lucha, el humo de los cañones, oscurece el campo de batalla. En medio de esa ceguera, se sigue luchando hasta el final. Eso fue lo que hice durante la década perdida. Y sí, ayudé a engendrar un monstruo. Porque eso es el populismo autoritario que pretende barrer la división de poderes y la república. Pero aquí estoy, dispuesto a revertir lo que hice. A enmendarme. Hoy, mi causa es impedir que lo consiga. Y esa batalla la peleo de este lado".Nadie le exigió al flamante compañero de fórmula de Macri semejante declaración, y acaso no hiciera falta. El problema soy yo. Acostumbrado a leer novelas, me gustan los personajes de trayectorias inteligibles, con cambios que se desprendan de procesos psicológicos estimulados a su vez por experiencias previas. Romanticismo inútil: nada más alejado de la política, que hoy es presente puro. Con suerte y viento a favor, a veces es futuro, como parece ser el caso. La psicología de Pichetto, que como principal espada del Senado durante el kirchnerismo le sacó a la Cristina eterna todas las leyes, es asunto suyo. En las actuales circunstancias, nadie le va a reclamar por su pasado. Lo urgente, lo dramático, es el futuro. Ese que está a la vuelta de la esquina. Pintaba sombrío, tormentoso, y ahora se despejó un poco. A Pichetto hay que pedirle que sostenga la espada con la misma convicción y fidelidad que mostró cuando defendía la causa que ahora combate. Parece convencido. Abrió los ojos hace rato y ahora, en términos perdidamente románticos, va camino a su redención. Lo que todavía no está tan claro es si sucederá lo mismo con el país.Ante la conformación definitiva de los frentes, alguno señaló que somos todos peronistas. Es verdad que hay herederos de Perón en las tres principales alianzas que competirán en octubre. Pero el dato puede llevar a una impresión falsa. Los muchachos no se están multiplicando. Lo cierto es que la dispersión es consecuencia del cisma que provocó en el partido el fenómeno inédito del kirchnerismo. Asistimos al desarrollo de un...

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