El piberío de Central mostró una cara deslucida de Racing

Año nuevo, vida nueva. El optimismo de ese refrán no concuerda esta vez con la realidad. Racing comenzó el torneo con una imagen totalmente opuesta a la del equipo campeón en 2014. Su gente acompañó con la resaca de felicidad por el campeonato conseguido. Pero el arranque fue inesperado. Nada de firmeza, solidez y contundencia. Todo fue confusión, inseguridad e intrascencencia. Así Central le ganó con justicia 1-0 y le cortó un invicto de nueve partidos, en los que había ganado ocho cotejos y empatado uno. Pero más allá de lo malo de Racing, también debe destacarse el juego del ganador, con muchos chicos habilidosos que mostraron chispazos de calidad y fútbol de buen nivel.

Así como sucede en la vida, el fútbol está lleno de paradojas. Racing regó el sector de la cancha donde iba a atacar en el primer tiempo. Sin embargo, el equipo que mostró velocidad y criterio en el juego fue Rosario Central. En su debut como DT, Eduardo Coudet plantó un equipo rápido, con dinamismo a partir de un esquema 4-1-4-1, con explosión en ataque y movilidad. En los laterales, dos zurdos se movían y molestaban a la insegura defensa de Racing: Franco Cervi, por la derecha, y Jonás Aguirre, por la izquierda. El planteo agresivo tuvo el plus de encontrarse a los 3 minutos con la ventaja que terminó siendo definitiva, cuando Sebastián Saja falló en una salida, Barrientos presionó y Cervi definió con sutileza por encima del arquero.

Desde entonces, con la supremacía en el marcador, el campeón fue un fantasma en comparación con el que hace tan poco ganó el título. Fue un equipo nervioso, al que le costó encontrar precisión en la entrega de la pelota. El conjunto de Cocca no tuvo nada de elaboración, mostró delanteros estáticos y con muy poca participación en el juego, y para peor, cuando llegaba a tres cuartos de cancha por las bandas, los ejecutores de los centros (Gastón Díaz, Pillud, Grimi o Acuña) lanzaban mal los envíos en busca de una cabeza salvadora. Tanto es así que en la primera mitad no generó ninguna llegada de riesgo, mientras los chicos de Central visitaban muy seguido el área de Saja.

El segundo tiempo no cambió su esencia en lo mínimo. Es más: apenas comenzó, Cervi realizó una gran maniobra (otra más en su excelente noche para presentar ante mucha gente que no sabía de su capacidad) y Saja se reivindicó del error del primer tiempo con una gran tapada ante José Luis Fernández. Lo que siguió fue más de...

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