Perú debate que qué hacer con el cadáver de un monstruo llamado Abimael Guzmán

En esta foto de archivo de septiembre de 1992, Abimael Guzmán, el fundador y líder de Sendero Luminoso, grita desde una celda después de ser capturado en Lima, Perú

LIMA.- La muerte no ha sido el final de la controversia que ha rodeado durante toda su vida a Abimael Guzmán. Ahora, Perú debate qué hacer con el cadáver del fundador del grupo terrorista Sendero Luminoso , responsable de la muerte de 35.000 personas entre 1980 y 2000. La fiscalía decidirá en estos días si entrega su cuerpo a sus familiares o directamente lo reduce a cenizas . El país teme que el sitio donde pueda ser enterrado se convierta en un lugar de peregrinación.

Guzmán, un líder ideológico que orquestó en la sombra cientos de atentados, murió el sábado a los 86 años en una cárcel militar de máxima seguridad de Lima . Llevaba recluido desde 1992. A las dos semanas de su captura, fue exhibido públicamente en una jaula, vestido con un traje de rayas. De su vida entre rejas se sabía muy poco. Lo último, que su salud había empeorado a inicios de julio. La autoridad penitenciaria comunicó entonces que se negaba a comer y a ser trasladado a un hospital, aunque, por recomendación de su abogado, finalmente aceptó. Tras algunos días hospitalizado, volvió al centro de reclusión militar. Dos meses más tarde, murió por neumonía.

De oficio, el cadáver de un preso se entrega a sus familiares luego de que un fiscal investigue las causas de la muerte. Pero no estamos ante un caso cualquiera. Guzmán representa el mal en Perú. Sus acciones terroristas son de una frialdad aterradora. En una ocasión mandó matar a decenas de personas a hachazos. La única familiar del muerto es Elena Iparraguirre, esposa y número dos de Sendero Luminoso . Fueron detenidos el mismo día. Ella continúa presa. Este domingo, una amiga de la viuda se presentó con una carta poder en la Tercera Fiscalía del Callao para pedir que se le entregaran los restos, aunque legalmente debería haber presentado para ello un poder notarial.

El gobierno prefiere que el cuerpo sea cremado para zanjar el asunto de una vez por todas . El ministro de Justicia, Aníbal Torres, aclaró que ellos no tienen atribuciones sobre el caso, pero prefieren que sea así. "El Ministerio Público debe analizar el ordenamiento jurídico haciendo prevalecer el orden público, de ese modo, evitar que sea enterrado como cualquier otro preso, que daría lugar a que le rindan culto u homenaje, lo cual constituiría además delito de apología al terrorismo. Para...

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