Perspectivas del derecho del trabajo en el siglo XXI

AutorHori Robaina, Guillermo

Perspectivas del derecho del trabajo en el siglo XXI

Nueva cultura laboral mexicana Por Guillermo Hori Robaina

1. Introducción

El siglo XIX se caracterizó por el abstencionismo del Estado en la economía de los países, doctrina conocida como "liberalismo".

La crisis provocada por la Primera Guerra Mundial de 1914-1918 incitó un viraje del Estado que se convirtió en reconstructor de las economías nacionales, combatiendo la pobreza y el desamparo, naciendo así el Estado social benefactor, cuya aspiración era conseguir, con un desarrollo sostenido, el llamado "bienestar social".

En la segunda mitad del siglo XX durante la Segunda Guerra Mundial de 1939-1945 y con mayor ímpetu después de la terrible hecatombe, esta política se acentúa y el Estado se convierte en diseñador y rector de la política económicosocial que procura para los trabajadores condiciones decorosas de existencia y amplio bienestar social, lo que implica oportunidad de trabajo y salarios remuneradores para los hombres que trabajan.

La tutela del Estado se extendió a organizar un sistema de seguros contra riesgos de trabajo, pensiones, seguros de vejez y vida, vinculados a programas de vivienda y ahorro y a programas de educación general y superior para los trabajadores, lo que dio a éstos oportunidad de capacitación y adiestramiento de tipo profesional, además de que se promovió la inversión y la productividad. Se protegió a los grupos humanos económicamente desvalidos, así como el trabajo de mujeres y menores.

Dentro de esta función protectora, el Estado benefactor se impuso la tarea de armonizar las relaciones jurídicas entre el capital y el trabajo, tratando de que ambas partes se reconocieran sus particulares intereses.

A partir de 1970, las crisis económicas provocaron la caída del sistema financiero, lo que trajo como consecuencia el abandono de los programas sociales, agravando esta situación el fracaso del socialismo real, como régimen de gobierno imperante en algunas partes del mundo. Todo ello originó una nueva corriente laboral, orientada a superar las crisis y fortalecer la apertura comercial. El Estado insistió en la necesidad de revisar el marco de las relaciones laborales en preparación al advenimiento del siglo XXI.

2. La crisis laboral

Con esta estrategia se introdujo la concertación social, ensayada en Italia y en España, que fue eficaz para frenar la inflación y que en México fue adoptada como

* Bibliografía recomendada .

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imposición del Poder Ejecutivo que manejó a los representantes profesionales de los trabajadores y de los patrones, como expresa Santos Azuela[1].

La crisis del Estado social de bienestar y la crisis económica mundial trajeron de nuevo el modelo liberal con la apertura comercial de los Estados, a fin de conseguir a través del mercado internacional, es decir la globalización del comercio, la reactivación financiera indispensable y la estabilidad política.

Así, las barreras comerciales y los cotos arancelarios se han ido suprimiendo para dejar la oferta y la demanda como indicadores, pero también el régimen laboral, tanto interno como internacional ha quedado a merced del complicado juego de las leyes del mercado de trabajo; al mismo tiempo que se privatizaron las empresas estatales y se disminuyeron los gastos sociales.

Aquí es importante la afirmación de Sánchez Castañeda, en el sentido de que "el Estado de finales del siglo XX se encuentra inmerso en un proceso de desregulación y de trasnacionalización de las economías nacionales, en donde la mundialización se manifiesta a través de varias formas: por medio del nacimiento y expansión de las empresas multinacionales; por medio de los movimientos migratorios y, entre otros, por medio de los procesos de integración económica regional"[2].

En efecto, para el desarrollo de la economía mundial se han organizado bloques regionales, tales como la Comunidad Económica Europea, la Cuenca del Pacífico, en la región de Norteamérica que incluye Canadá, Estados Unidos de América y México, un Tratado de Libre Comercio, y en Suramérica el Mercosur.

Todo lo anterior incide en las nuevas relaciones laborales y trae consigo nuevas estrategias de productividad, apertura comercial y flexibilización de dichas relaciones laborales.

Este proceso de integración y de globalización ha llegado a la necesidad de revisar hasta el concepto de soberanía, abandonando la particularidad nacionalista, en atención a la amplitud y flexibilidad que exige el libre comercio, al permitir el flujo de inversión y beneficios para todos los Estados integrados en esta globalización comercial.

3. Globalización y flexibilización

Globalizada la economía se hizo necesario flexibilizar, en la práctica, las relaciones laborales.

Santos Azuela, al analizar esta situación, explica que a través de la flexibilización los Estados pretenden ajustar el alcance del derecho del trabajo a las necesidades del mercado y la integración económica, pero que ello implica la adecuación de las pretensiones laborales de los trabajadores ante las presiones del mercado para enderezar el rumbo, remontar los efectos de las crisis y reconstruir el esquema de una sana economía que, al rescatar las empresas y crear fuentes de trabajo, es-

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timule el crecimiento sostenido y con ello el desarrollo. Sin embargo, tal flexibilización laboral se ha interpretado como un sistema inclemente para disminuir el disfrute del derecho, como eficaz atractivo para atraer la inversión, pero que implica una contracción de la evolución social del...

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