El peronismo y la independencia del Poder Judicial

Juan Domingo Perón recibe la banda presidencial en Casa de Gobierno, en junio de 1946, de manos de Edelmiro Farrell

El 4 de junio de 1946, al asumir el cargo de presidente de la Nación, el entonces general Juan D. Perón leyó su primer mensaje a la Asamblea Legislativa. Allí dijo: "En lo que a mí hace, pongo el espíritu de justicia por encima del Poder Judicial […], entiendo que la justicia, además de independiente, ha de ser eficaz, y que no puede ser eficaz si sus ideas y conceptos no marchan a compás del sentimiento público". Empezaba así la tirante relación que el peronismo ha tenido con la independencia del poder judicial a lo largo de toda su historia.

Un mes después, el presidente del bloque peronista de la Cámara de Diputados, presentó un pedido de juicio político contra los jueces Repetto, Nazar Anchorena, Ramos Mejía y Sagarna y el procurador general Juan Álvarez. La remoción de tres de los jueces y del procurador general, así como la renuncia del presidente del tribunal durante este juicio político, le permitió al primer gobierno de Perón contar con una Corte Suprema hecha a su medida.

Vale la pena recordar las posturas sostenidas por el bloque peronista durante el juicio político de 1947: son ilustrativas del desprecio que muchos de sus integrantes expresaron en cada uno de sus diez gobiernos hacia el requisito que exige la Constitución de tener un poder judicial independiente. Por ejemplo, el diputado Palacio expresó que: "Nosotros creemos que dentro del mecanismo de nuestras instituciones el principio de soberanía popular es más importante que una supuesta intangibilidad de la justicia, que es un principio capitalista y oligárquico y cuya profesión entre nosotros es un signo de colonialismo mental". El diputado Montiel, a su vez, afirmó: "Si nosotros, como partido político, perdiéramos una elección en el orden nacional y el partido opositor lograse nuestra mayoría y dijera que los miembros de la Corte no respondían a las inquietudes políticas de sus supuestos sociales y tuvieran evidentemente la autoridad suficiente dada por el pueblo […] estarían bien separados".

En el Senado, Diego Luis Molinari sostuvo enfáticamente: "Mis escrúpulos desaparecen frente a esta situación; entre una ley que debo respetar y un acto concreto que tengo que resolver, prefiero resolver el hecho y olvidarme de la ley" . La "ley" que se proponía "olvidar" era la Constitución Nacional.

La principal acusación a los jueces de la Corte fue el haber firmado...

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