'El peronismo no existe más'

Juan Carlos fue un compendio de cierta argentinidad y un exponente de un mundo convulsionado, doloroso, expansivo, cambiante. Creció con los ecos de la Guerra Civil española. Se recibió del secundario el día que estalló Hiroshima. En 1969, mientras el mundo atravesaba un momento bisagra, hizo Cosa juzgada . Y marcó un antes. Marcó un después. Para ese tiempo era presidente de la Asociación Argentina de Actores.El 17 de noviembre de 1972 hizo el trayecto Roma-Ezeiza que acompañaba la vuelta de Perón. Allí estaban Leonardo Fabio, Hugo del Carril, Marilina Ross y otras 190 personas, entre las cuales estaban todos los presidentes peronistas del siglo pasado. Fue director de Canal 7 en la época de Cámpora. Duró 53 días. El día que asumió, dijo: "No puede comunicarse verdad si, al hacerlo, se quieren vender con esa verdad productos comerciales". La foto, con una particular versión de dedos de plástico haciendo la "V" de victoria, aparece en esta página.Durante el exilio su argentinidad se nutrió de lo latinoamericano. Volvió en la primavera alfonsinista en la época de los abrazos, de las heridas abiertas. Esa otra operación retorno se produjo en el Teatro San Martín. Allí ofreció una serie de magníficos espectáculos. Uno de ellos se llamó Ardiente paciencia (un posible título para definir cualquier exilio). Fue recibido como maestro entre los maestros. Volvía el tipo cascarrabias. Volvía el señor de barba tupida como salido de un cuento forjado sobre la base de innumerables mojones instalados en el imaginario colectivo. Volvía ese señor que imponía...

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