El peronismo debate cómo pararse frente a la crisis para definir su futuro

Después de semanas agitadas y en la previa de la batalla final por el presupuesto, el peronismo debate cómo pararse en el escenario derivado de la peor crisis política y económica desde que Mauricio Macri es presidente. Los efectos de la debacle cambiaria, el ajuste al que obliga el acuerdo con el FMI y la incipiente puja electoral del año que viene se combinan en un panorama complejo y de aristas múltiples.Entre los protagonistas de la discusión -gobernadores, legisladores, intendentes y gremialistas- se afianza la idea de que el peronismo debe "defender la gobernabilidad", "colaborar con el Gobierno" y "no hacer de bombero incendiario". Traducido: enterrar el fantasma que los asocia con la conspiración cada vez que asoma la crisis. Pero ¿cómo se combina ese espíritu de acompañamiento institucional con el rol opositor del PJ y el objetivo de recuperar el poder en 2019?"El equilibrio es difícil. La gente quiere que no seamos obstructivos, pero al mismo tiempo quiere ver que hay una alternativa a Macri", sopesó ante LA NACION un gobernador del norte.Esa dificultad saldrá a la superficie otra vez pasado mañana, en la reunión con los gobernadores de la que Macri pretende salir con el presupuesto listo para presentarlo en el Congreso. Aunque admiten que el acuerdo está avanzado, a varios caciques peronistas no les cayó nada bien que la Casa Rosada diera por sellada la discusión ya desde el miércoles de la semana pasada. "El martes vamos a seguir tironeando. Más allá de que hay que cumplir con el FMI, estamos hablando de guita para un año electoral", se sinceró otro gobernador.En el peronismo al que el Gobierno llama "racional" se ilusionan con que el debate del presupuesto en el Congreso los afiance en ese lugar de opositores "responsables" en contraposición con lo que entre ellos llaman "el kirchnerismo tirapiedras". Dan por descontado que el Frente para la Victoria rechazará el presupuesto.Sin movilizaciónEn el gremialismo impera esa misma lógica, incluso de cara al paro nacional del próximo martes 25, que será el cuarto contra el gobierno de Macri. Será una huelga sin movilización, a diferencia de la que las dos CTA, el moyanismo y sectores del kirchnerismo harán un día antes, con marcha a la Plaza de Mayo incluida.¿Y las quejas porque el Gobierno "se encierra" y no los convoca? Gobernadores e intendentes repitieron ese reclamo en los últimos días: para que se revea la eliminación del fondo sojero, para hablar del presupuesto en general...

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