Un peronismo agitado por la incertidumbre y la posibilidad de perder

El peronismo ingresó en una de sus clásicas fases de ebullición que preceden a un cambio real del poder. La última vez que sucedió fue cuando Néstor Kirchner se deshizo de la sombra de Eduardo Duhalde y concentró todo el liderazgo. Desde entonces sólo hubo formalidades, descontentos en voz baja y elecciones que no alteraron la matriz de conducción concentrada en los Kirchner.Pero ahora se avecina una transición que tiene varias particularidades, y que ha envuelto a presidenciables, gobernadores, intendentes y aspirantes varios en un clima de confusión, que mezcla altas dosis de desconcierto con cautela. Nadie tiene certezas, todo fluye, cualquiera puede terminar alineado con cualquiera. Y lo peor, todos sienten que pueden perder el poder.El factor más gravitante para ello es que hoy no hay un sucesor natural ni un candidato que garantice el triunfo. Ese rol era el que pretendía asumir Daniel Scioli, pero sus articuladores políticos sólo reciben palabras de compromiso, pero no certificados de acompañamiento de parte de gobernadores e intendentes. Sergio Massa sigue siendo una amenaza latente y una tentación para la deslealtad. "Hermano, yo prefiero que gane Scioli, pero tampoco me voy a inmolar", comentó a LA NACION un gobernador del Norte que supuestamente aporta a la campaña del bonaerense."Estamos todos relojeando cómo se acomodan las piezas. No va a haber definiciones masivas, cada uno va a ver el juego que más le conviene", complementa otro mandatario provincial de la región cuyana. En el interior del país se está gestando un auténtico laberinto electoral, con acuerdos distrito por distrito, sin ninguna identificación nacional, y todo esto potenciado por un cronograma electoral disperso para despegar la suerte de los candidatos locales de la disputa presidencial.Tampoco Massa tiene aseguradas las adhesiones. José Manuel de la Sota, el único gobernador peronista que rompió con la Casa Rosada, no hace más que tentar a Scioli para que pegue el salto para reconstruir la unidad del PJ sin el kirchnerismo. Sabe que Massa prefiere no quedar asimilado a figuras tan identificadas con el peronismo. Scioli está de acuerdo con el concepto de unidad, pero la imagina sin Massa y con aval del Gobierno.Ambos hablaron del tema en la reunión que mantuvieron el jueves en La Plata. Allí también estuvieron sus colegas José Luis Gioja, Gildo Insfrán y Eduardo Fellner, que pretenden una propuesta electoral con todos...

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