Cuando Perón fue vice y se quedó con todo

Alberto Fernández repite una y otra vez públicamente que no piensa pelearse nunca más con su mentora, que lo eligió como titular de la fórmula en la que ella curiosamente lo secunda. Alude así a los diez años que estuvo lejos de la dos veces presidenta criticando muy duramente distintos aspectos de su gestión. Desde el psicoanálisis la explicación es sencilla: temor y deseo. El candidato presidencial del Frente de Todos se permitió en la reciente campaña por las PASO volver a disentir con su jefa, pero de manera más atemperada. Cuando Fernández repite su mantra expresa implorante en voz alta sus deseos de que si llegan al poder esas u otras diferencias se puedan dirimir amablemente.La viuda de Kirchner dejó pasar callada esos peculiares matices albertistas, pero los respondió a su manera, es decir, mal. Ya sea ninguneándolo en algunas presentaciones de su libro o regañándolo como un chico en el acto de Rosario cuando advirtió que si el sonido fallaba sería culpa de su compañero o contando en el cierre de Merlo que había descartado una idea de Alberto para el spot emotivo de Axel Kicillof. ¿Anécdotas insignificantes o síntomas remotos del "doble comando" que sobrevendría si ganaran las elecciones?Cuando Cristina Kirchner pateó el tablero el sábado 18 de mayo pasado al anunciar la extravagante fórmula que hoy compite en las PASO, muchos aplaudieron su audacia y originalidad. Se ve que conocen muy poco la historia del justicialismo. El primero en apuntar a ese cargo, ya hace 75 años, fue el mismísimo fundador de ese movimiento.Si la viuda de Kirchner lograra ser elegida en octubre o noviembre, jugaría a su favor un detalle no menor: sería elegida en las urnas, por voluntad popular. En cambio, el inventor de su partido llegó a ese cargo por el voto de unos pocos en la cúpula de la dictadura militar que se adueñó del poder el 4 de junio de 1943. Perón fue el cerebro político de ese golpe castrense que puso fin a gobiernos conservadores elegidos irregularmente.En la primera etapa del régimen del Grupo de Oficiales Unidos (GOU), Perón se adaptó a cierta conducción colegiada. Compartía afinidades con otros camaradas del Ejército como Domingo Mercante y Edelmiro Farrell, con los que había confraternizado en la Dirección de Instrucción de Montaña, en Mendoza, tras haberse fogueado como agregado militar en la embajada argentina en Chile, donde estrenó por primera vez sus dotes de gran orador, en actividades diplomáticas y académicas. Allí también...

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