El periodismo, una vocación tan fuerte como la literatura

Relato de un náufrago o Noticia de un secuestro. Ésas suelen ser las referencias casi obligadas al mencionar la obra periodística de Gabriel García Márquez. Y no es que sea poco, claro está. Sucede que el "gran resto", como dice su colega y amigo Héctor Feliciano, cientos de notas, columnas, crónicas o entrevistas que Gabo escribió desde 1948, no llegaron a nosotros de manera masiva. fue reportero de calle, cronista, columnista y corresponsal extranjero, pero hasta hoy, remarca Feliciano, "sólo un puñado de lectores han leído sus artículos".Tal vez por eso la monumental edición del libro Gabo periodista, editado por la FNPI y aún inédito en la Argentina: una antología de por nombres de la talla de Juan Villoro, Jon Lee Anderson, Alma Guillermoprieto, María Elvira Samper, Martín Caparrós y Gerald Martin, entre otros. "Para García Márquez, el periodismo ha sido su vida tanto como la literatura. Contrariamente a lo que ha ocurrido con otros escritores, el periodismo no agota y seca las cualidades literarias del escritor colombiano sino que todo lo contrario, lo potencia y lo acompaña forjándose", dice Feliciano en la introducción del volumen.Esta historia comienza a sus 21 años, cuando el azar lo llevó al diario El Universal de Cartagena de Indias. Fue allí, en pleno ajetreo político de Colombia, cuando ese chico inquieto de pantalones de lino y camisas con flores y tucanes empezó a llamar la atención, y no sólo por lo extravagante del atuendo. "Los habitantes de la ciudad nos habíamos acostumbrado a la garganta metálica que anunciaba el toque de queda", fue la frase con la que desembarcó en el universo periodístico en mayo de 1948. Hacía muy poco tiempo habían asesinado al candidato presidencial Jorge Eliécer Gaitán, y de ahí el periodo de violencia que sorprendió al joven Gabo en su segundo año de la Carrera de Derecho. Con el cierre de la universidad y su traslado a Cartagena, entonces, llegó lo que hoy muchos llaman su libertad y el abrazo a la vocación verdadera. "El Bogotazo, una tragedia para Colombia, significó para el joven García Márquez una paradójica liberación", escribe Héctor Abad Faciolince.De ahí en más, algo sería claro: ya no sería posible separar la escritura periodística de Gabriel García Márquez de la política. Paradoja para algunos, consuelo para otros, el momento más difícil en la historia de su país daba lugar a la mejor pluma que tendría en años: "Una de las peores tragedias nacionales tuvo para Colombia al menos una consecuencia feliz: gracias a ella, el mejor escritor de nuestra historia abandonó los...

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