Pérez Corradi se movió durante cuatro años en la Triple Frontera con documentos falsos

"Todos los que se quieren escapar están por esta zona. Ése, el que vos decís, seguro que ya está en Paraguay." Una de las inspectoras de tránsito en el acceso a Puerto Iguazú, Misiones, se reía en tono de burla, en diálogo con LA NACION, cuando a mediados de febrero corrió el fuerte rumor de que Ibar Pérez Corradi había sido detenido en la Triple Frontera, ese paraíso para quienes el delito los obligó a recluirse en una zona donde en sólo unos minutos pueden esconderse en la Argentina, Paraguay o Brasil.

Por ahí boyó durante los últimos cuatro años Pérez Corradi, el presunto autor intelectual del triple crimen de General Rodríguez. Desde que se fugó, en 2012, se cambió la identidad, se borró las huellas dactilares y pasó del pelo largo y la cara afeitada a llevar cabeza rapada y barba tipo candado. También logró formar una nueva familia -tiene dos hijos paraguayos, una nena de tres años y un varón de tres meses- y construir un negocio de venta de droga sintética al cartel brasileño Primer Comando Capital (PCC), según reveló LA NACION hace dos semanas. En ese tiempo, su ir y venir por la Triple Frontera fue común. "Se movía con comodidad", dijo ayer a LA NACION un alto funcionario del Ministerio de Seguridad, que adjudicaba la captura al cambio de gobierno en la Argentina y a las nuevas relaciones bilaterales con Paraguay.

Pérez Corradi pasaba sus días entre Foz de Iguazú y Ciudad del Este, en Paraguay La tranquilidad de Foz, una ciudad pequeña, silenciosa y peligrosa, según sus propios habitantes, contrasta con la agitación permanente de las calles embarradas de Ciudad del Este, conocida por ser un paréntesis en la legalidad y un imán para contrabandistas y criminales de todo tipo. El paso entre ambas ciudades es prácticamente libre por el bajísimo nivel de control en la frontera.

Ayer, Pérez Corradi fue hallado en Foz de Iguazú, detrás del estadio conocido como Flamenguinho, en el barrio residencial de Vila Yolanda, con su entrada marcada por un restaurante chino, donde vivía con su actual familia. Cuando no estaba del lado brasileño cruzaba a Paraguay, a su casa del Paraná Country Club, un barrio privado exclusivo situado a 15 minutos de Ciudad del Este donde las casas pueden llegar a los dos millones de dólares.

Territorio de empresarios millonarios -allí vive una de las dueñas de la cadena de supermercados más grande de Paraguay- y de políticos, el country es un pequeño pueblo en sí mismo: tiene colegios, centros de salud, comercios de...

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