Perdiendo la libertad

La negación de la realidad por parte de sus gobernantes es, sin duda, uno de los peores problemas que puede sufrir una sociedad. Por momentos, la reacción de quienes gobiernan la Argentina se asemeja a la de aquella persona que, según un cuento, vivía alejada de toda civilización urbana y que cuando viajó a una gran ciudad y visitó su zoológico, al ver un elefante, de cuya existencia no tenía noticias, exclamó: "¡Este animal no existe!". También recuerda a la actitud de los habitantes de un pueblo que veían pasar al rey y, en medio de elogios a su vestimenta, no se animaban a advertirle que en realidad estaba desnudo.Los argentinos recibimos diariamente por los muchos medios oficiales un claro mensaje contradictorio y negador según el cual no existe http://www.lanacion.com.ar/1558000-creen-que-el-congelamiento-no-frenara-la-inflacion-ni-hara-repuntar-el-consumo Los economistas o consultores que transmiten esa realidad son multados, prohibiéndoseles investigar o medir la evolución de los precios. La única inflación que hay que mirar es la de un dígito anual, de la que da cuenta el nada creíble Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).Tampoco existe, según el relato oficial, la inseguridad: aunque los muertos se multipliquen en nuestras calles, el crimen no existe; http://www.lanacion.com.ar/1556339-nilda-garre-insiste-con-responsabilizar-a-los-medios-por-la-sensacion-de-inseguridad . La droga, que nos ha carcomido y amenaza con seguir haciéndolo, no es combatida con mínima seriedad. Las sospechas de corrupción política en torno de ese mercado ilegal no ceden, en tanto los radares que iban a cuidar nuestras fronteras y los aviones que iban a hacer efectivo ese control brillan por su ausencia. Pero la droga no existe para la "realeza" que nos gobierna.Según la misma visión oficial, los trenes, al menos hasta la tragedia de Once, funcionaban maravillosamente.http://www.lanacion.com.ar/1557909-familiares-de-victimas-de-la-tragedia-de-once-repudiaron-los-dichos-de-anibal-fernandezlos muertos son culpa de los maquinistas, los subsidios fueron totalmente invertidos en infraestructura ferroviaria y el tren bala es una realidad inminente, como los millones de las prometidas inversiones chinas o de los negocios con Angola.Se nos explica desde la cadena oficial, en forma didáctica, que estamos creciendo, que nuestra economía florece y que nuestra percepción de una realidad distinta es obra de la propaganda de los medios "destituyentes".Debería recordarse que...

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