Cuando el pensamiento no quiso irse a dormir

En un sábado gris y lluvioso, ideal para encerrarse bajo techo a reflexionar sobre cuestiones existenciales que inquietan la mente y angustian los corazones, un público numeroso y heterogéneo se acercó ayer al Centro Cultural San Martín para participar de la primera noche de la Filosofía en Buenos Aires. Organizada por el Ministerio de Cultura porteño y las embajadas de Francia y Alemania, la maratón dedicada al pensamiento se sumó a las convocantes noches de los museos, de las disquerías y de las librerías. Más al estilo de la noche de la ciudad en la Feria del Libro, ya que toda las actividades se programan en un solo lugar, a diferencia de las que proponen recorridos por diversos circuitos, la velada filosófica nocturna presentó a cerca de cuarenta referentes de la disciplina, entre argentinos y extranjeros.

Durante doce horas (comenzó ayer a las 19 y se extendió hasta hoy a las 7) hubo ponencias de veinte minutos, diálogos entre los pensadores y el público, lecturas performáticas de textos clásicos, proyecciones de películas, muestras de fotos y caricaturas, conciertos y degustación de comidas típicas. Las dos primeras horas del encuentro estuvieron dedicada a los chicos, con talleres didácticos coordinados por Gustavo Santiago e integrantes del grupo El Pensadero.

Seis filósofos franceses (Didier Eribon, Corine Pelluchon y Emmanuel Renault, entre ellos) y seis alemanes (Susanne Klengel, Julia Weitbrecht, Ottmar Ette) integraron el equipo de los invitados internacionales. El "dream team" local lo conformaron Juan José Sebreli, Diana Cohen Agrest, Tomás Abraham, Maristella Svampa, Alejandro Rozitchner, Alejandro Katz y Eduardo Grüner, entre otros.

Buenos Aires es la primera ciudad latinoamericana en sumarse a estas noches de insomnio filosófico, que surgieron en París en 2010 y ya se realizaron en Londres, Berlín, Nueva York, Atenas y Rabat. Siempre con el propósito de sacar la filosofía de la academia y acercarla a todo el público, en mayo pasado se llevó a cabo una jornada similar en Tel Aviv.

Ya desde temprano, se veía a asistentes que, programa en mano, buscaban la sala de su interés o combinaban por WhatsApp encunetros con amigos en tal o cual sala. La filosofía no reconocía esta vez edades: había muchos jóvenes, pero también genete mayor y familias.

Esta noche filósofica porteña comenzó con disertaciones de un representante de Francia, Alemania y Argentina: Pelluchon, Ette y...

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