Una pelea que era cuestión de tiempo

Era sólo cuestión de tiempo. Desde que la Justicia liberó, hace un mes, de culpa y cargo a Rafael Di Zeo en el juicio por asociación ilícita, la pregunta que el mundo del fútbol se hacía era si iba a volver al paraavalanchas. El ex líder de La 12, sin embargo, aclaró que no era ése su objetivo. Y que sólo pretendía volver a la Bombonera como un hincha común.Pero ni Di Zeo ni Mauro Martín volverán a ser hinchas comunes. Ambos están demasiado acostumbrados a dar órdenes y a sacarse fotos con la gente como para volver al anonimato. Siguen siendo aclamados por cientos de barras, de segunda y tercera línea que les responden, handy mediante, cada vez que juega Boca.El odio entre Martín y Di Zeo data de algunos años atrás. Los códigos de barra aceptan de todo, menos la traición. Y Di Zeo jamás le perdonó a Martín que se hubiese quedado con la barra mientras él estaba preso en el penal de Ezeiza. Sobre todo, cuando Rafa le había enseñado "los secretos del negocio".Martín aprovechó la salida forzosa de Di Zeo para ganar la tribuna. Sumó gente a su causa -ha llegado a sobrepasar los 1000 barras en un superclásico- y se ganó la confianza de la dirigencia. El tiempo, y la inestimable colaboración de Maximiliano Mazzaro, su mano derecha, hicieron que la suya fuera la "barra oficial" de Boca, en contraposición a los que todavía seguían a Di Zeo.La absolución de Di Zeo y otros 14 barras, certificada hace un mes por el Tribunal Oral Criminal 6, fue el último mojón del camino que recorrió el barra en la Justicia. Antes del fallo, en el que se investigó una presunta asociación ilícita en la Bombonera, Di Zeo había permanecido seis meses apartado de las canchas por una medida dictada por la...

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