Patti Smith: 'La palabra es y ha sido el arma más hermosa del mundo'

Si alguien me preguntara qué quisiera que estuviera escrito en mi tumba como epitafio, diría que simplemente diga 'trabajadora'. Porque todos los días trabajo en algo, el trabajo para mí es muy importante. Así que, llamame trabajadora, ¿OK?". Aquí está Patti Smith, escritora, poeta y cantante devenida ícono de la cultura norteamericana, conocida a través de los años por una infinidad de etiquetas como la "madrina del punk" o "la sacerdotisa del rock". Pero ninguna palabra parece suficiente para esta mujer, madre, amiga y trabajadora tiempo completo que, a los 71 años, se muestra encantada de compartir sus experiencias con quien la quiera escuchar. "Cuando la gente se me acerca en la calle, no buscan un ícono ni algo por el estilo. Yo soy una amiga, con mucha experiencia, que ha vivido muchas cosas en esta vida y, por suerte, tengo la posibilidad de compartir todo eso con la gente".

Frente a frente, la mirada de Patti Smith sigue teniendo la misma intensidad con la que la retrató Robert Mapplethorpe allá por 1975 en una fotografía histórica para la portada de Horses, su primer álbum. Es la mirada de un chamán amable, encantador, sabio, con el tiempo de las palabras de su lado. Como si no le alcanzase un solo punto fijo donde apoyarse, por momentos su ojo izquierdo se detiene más allá de su interlocutor y su rostro, más que nunca, parece el de una vidente del Medioevo o el de un ángel que vio demasiadas cosas. Pero lo cierto es que, debajo del escenario, Patti Smith resulta un ser afable y encantador, terrenal, ciento por ciento racional, alejado de cualquier tipo de excentricidades, con la sonrisa de una persona satisfecha y agradecida por esta vida que la trajo hasta aquí, sin por ello renunciar a su compromiso con los marginados de este mundo.

Así las cosas, el magnetismo de una de las figuras más importantes que ha dado el rock en el siglo XX y la naturalidad de una señora elegante que pasea sola por las calles de Buenos Aires ofreciendo consejos y anécdotas aquí y allá, parecen encontrar su conexión más perfecta en ese pelo largo y plateado sin ataduras que, con el sol llegando desde atrás, deja al descubierto un aura de no creer.

Smith llegó a la ciudad a través de la Fundación Cartier, responsable de la muestra "Les Visitants", curada por el artista argentino Guillermo Kuitca y en la que esta artista/trabajadora participó con una serie de fotografías en blanco y negro tomadas por una Polaroid y poniéndoles su voz a unos poemas escritos por el cineasta David Lynch. En ese marco, Smith realizará mañana una performance poética conjunta con...

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