Cuando una parte del Gobierno es impenetrable

En la Argentina, en ocasiones las situaciones se vuelven tan extremadamente absurdas que, por eso mismo, pasan a ser aceptables.En efecto, si se mira de cerca el problema que se plantea, hay cierta incoherencia en que una parte del Estado (la Auditoría General) demande a organismos -por ejemplo, la Sindicatura General de la Nación (Sigen) o el Banco Central (BCRA)- que también son parte del mismo Estado.Imagine, a nivel de una empresa, que la gerencia contable no consigue que la presidencia o la gerencia general le envíe información. ¿Presentaría una demanda? Seguramente, no. Lo mismo puede (o debe) decirse del Estado.Un Estado no puede legalmente hacerse juicio a sí mismo. El sentido común y el derecho dicen que eso, en realidad, no puede o no debería ocurrir. Hay demandas de particulares y empresas contra el Estado (por ejemplo, la causa del Riachuelo o muchísimas otras) y un juez, que es parte del Estado, le da la razón a una u otra parte. Pero no debería haber demanda del Estado contra el Estado.Mucho menos aún puede el Estado utilizar la vía del amparo, que fue un remedio procesal introducido por los jueces, primero, y por las leyes, luego, para que un particular se defienda contra otro particular o contra el Estado, cuando sufre un ataque grave e inminente.Sin embargo, en la Argentina, más allá de lo que dicen las leyes, eso sí puede ocurrir. Y tiene alguna...

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