Part time, un sello de gestión

Septiembre de 2014. Leo Messi todavía arrastraba el vacío que lo invadió por perder la final del Mundial, por eso asumía con alivio el nuevo escenario que le proponía Gerardo Martino en la selección. Por primera vez en su carrera la Pulga ya no iba a jugar todos los partidos. Justo cuando Barcelona, con la urgencia de capturar algún título esta temporada, imponía sus condiciones de patrón. "El club es lo principal", advertía Luis Enrique al desembarcar en el banquillo culé.

Por aquellos días, la nacion espantaba los rumores sobre una renuncia de Leo. Pero también advertía que su continuidad sería bajo un nuevo régimen: Messi part time era el título de tapa. "La idea es no desgastarlo y potenciar sus deseos de revancha con la albiceleste", se apuntaba. Casi como primera obra de gobierno, Martino buscaba alejarlo a Messi de cualquier tensión entre la selección y el Barça. En sus iniciales contactos con la prensa, el propio entrenador instalaba la idea de atender el desgaste de Messi. Descansos consensuados para dosificar las energías y concentrarlas en los compromisos más trascendentes. Martino avisaba y asumía el peso de sus decisiones: "El futbolista de selección vive momentos donde a veces la prioridad es el equipo, y a veces es la selección".

El compromiso de Messi con el técnico fue absoluto y desde entonces se respetó el guión. Leo no estuvo en el debut del ciclo con Alemania por una sobrecarga en el aductor...

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