Parricidio en Pilar: un cartonero dijo que le hicieron sacar bolsas

"Durante toda una semana estuve sacando chapas y chatarra de la casa. El chico que tenía la bolsa [de colostomía] en la panza, porque lo habían operado, me pidió que fuera todos los días a las tres de la tarde porque a la mañana no estaba. Durante seis días saqué la chatarra y el sábado tuve que hacer una limpieza en el patio. Cargué las bolsas de basura y las tiré en el campo".

Así, describió el cartonero Alberto Mora qué fue lo que Leandro Acosta, uno de los dos acusados del le pidió que hiciera: limpiar el patio de la casa de Sarratea 2726, en la que supuestamente habrían sido quemados los restos de Ricardo Klein, una de las víctimas.

Hubo un detalle aún más siniestro que llamó la atención del cartonero luego de que se conociera el hallazgo de parte del cuerpo de Miryam Kowalzuck, la otra víctima, el 13 de este mes. "Una tarde fui a la casa y el chico me dijo que limpiara todo, pero que la leña no me la llevara, que la dejara a un costado porque a la noche tenía que hacer fuego", declaró Mora.

El cartonero dijo que Acosta lo había contactado cerca de la municipalidad, cuando él arrastraba su carro. Le pidió que se llevara las bolsas, pero que no las abriera porque adentro tenían "ratas y herramientas". Dijo, también, que le pagó el trabajo con chatarra. Mora afirmó que mientras cumplió con las tareas encomendadas vio en el fondo de la casa un colchón quemado. Sería el de la cama que usaban Klein y Kowalzuck. Los detectives dan como un hecho que Acosta mató de un tiro a su padrastro cuando dormía.

"Nunca entré en la casa. Sólo llegué hasta el patio, donde había un colchón quemado. El chico me dijo «dejame un poco de leña porque yo a la noche hago fuego». Entonces, le dejé la leña ahí tirada y me fui de vuelta para mi casa", recordó Mora.

Los datos aportados por el cartonero coinciden y se complementan con los dichos de los vecinos que sostuvieron que después del 1° de este mes, cuando vieron con vida por última vez a Klein y Kowalzuck, advirtieron altas llamas que salían del patio de la casa y percibieron que de allí provenía un olor "penetrante".

Cuando la policía, a instancias de la denuncia de uno de los hermanos de Ricardo Klein, llegó hasta la casa de Sarratea 2726 para buscar al matrimonio desaparecido, se encontró con Acosta, de 28 años, y con su hermanastra y pareja, Karen Klein, de 22. Luego de cuatro horas de preguntas, a las que los jóvenes habrían respondido con contradicciones sobre la ausencia de sus padres -a los que habían...

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