Las paritarias, espada de Damocles de Cristina

Es una paradoja que el destino de , la hija de una antigua militante de la Asociación de Empleados de Rentas e Inmobiliario de La Plata, esté hoy .El porcentaje de que terminen aceptando va a ser determinante para dos variables decisivas de la economía: el déficit fiscal y el nivel de reservas monetarias., el presidente del Banco Central, sabe que la provisoria pax cambiaria que consiguió para su jefa pende del hilo de un difícil entendimiento sindical.y convocaron el jueves pasado a . Hoy volverán a reunirse y quizá le pongan fecha: ¿9 o 10 de abril? La imprecisión es maliciosa. Además de reclamar ante el Gobierno, la huelga pretende arrastrar al resto del sindicalismo. A los dirigentes subordinados al Gobierno se les vuelve imposible, delante de sus representados, moderar sus pretensiones en vísperas de una medida de fuerza.Al revés: desde la CGT-Balcarce comenzaron a aproximarse a los combativos. Antonio Caló (UOM), Ricardo Pignanelli (Smata), Armando Cavalieri (Comercio), Rafael Mancuso (Luz y Fuerza) y Hugo Ferreyra (segundo de la Uocra) se reunieron también el jueves, antes del plenario de las CGT disidentes. El conciliábulo fue promovido por José Luis Lingeri, "Mr. Cloro", quien tiene un túnel siempre activo con Moyano. No era el mejor momento. Caló acababa de ser desbordado por su propia organización cuando propuso aceptar un aumento inferior al 30%. Frente a los demás secretarios el metalúrgico tuvo una catarsis: "¿Qué más quiere el kirchnerismo de mí? ¿Que entregue mi cabeza? Los míos ganan cuatro lucas. ¿Cómo logro que se queden quietos si los camioneros paran ganando 20 lucas? Yo agarro mis nietos, me voy de viaje y que se arreglen como puedan".Entre los oficialistas se advierte que todo el sindicalismo se volverá más exigente. Moyano y Barrionuevo prometen paralizar el país. Detrás de ellos se encolumnan los principales gremios del transporte: los colectiveros de Roberto Fernández, los ferroviarios de Omar Maturano, los técnicos aeronáuticos de Ricardo Cirielli, los portuarios de Juan Corvalán y los empleados de estaciones de servicios de Gerónimo Sanabria, que ya acordó un aumento del 36% anual. ¿Qué pueden hacer los dirigentes que obedecen al Gobierno si sus afiliados no pueden siquiera ir a trabajar? Adherir, en silencio, a la medida.El momento también ayuda a Barrionuevo y a Moyano. Es difícil que un gremialista pueda oponerse a una huelga, cuando la inflación supera el 3% durante dos meses seguidos. Es decir, cuando el...

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