Una pareja creativa de lujo para el festival de literatura infantil

Albertine y Germano Zullo trabajan y viven juntos desde hace 25 años. La ilustradora y el autor forman una pareja creativa excepcional. A cuatro manos, los suizos crearon libros álbumes poblados de imágenes conmovedoras y deliciosos textos breves que fueron premiados en la Feria del Libro Infantil de Bolonia, la gran meca del género. Están de visita por primera vez en el país como invitados especiales del Filbita, donde darán charlas y talleres.

Simpática y conversadora, Albertine no duda un segundo en sacar su cartuchera repleta de lápices de colores cuando un lector le pide que le dedique uno de sus libros. Con naturalidad y pasión dibuja una mujer con un niño entre sus brazos. Lo hace en la primera página de Mi pequeño, el hit editorial de la pareja, publicado en la Argentina por Limonero. Es un libro precioso para atesorar, con trazos en negro sobre fondo blanco, que muestra al pasar las páginas cómo crece el vínculo afectivo entre una madre y su hijo.

"Lo hicimos para nuestros padres, que ya están grandes. Nos dimos cuenta de que están envejeciendo, de que nos convertimos en padres de nuestros padres. Y queríamos agradecerles todo lo que nos transmitieron, incluso sin palabras. Pero cuando lo terminamos nos dimos cuenta de que también lo hicimos para el hijo que no pudimos tener", cuenta Albertine con una sonrisa franca. Germano asiente en silencio.

Se miran con tierna complicidad cuando el lector que les pidió una dedicatoria en su libro favorito les cuenta que Mi pequeño le sirve, también, para comprobar el nivel de sensibilidad de la gente. "Es difícil leerlo sin conmoverse", les traduce en francés la intérprete. Y les cuenta una anécdota relatada por el fotógrafo que los retrató para esta nota: "Hace unos días, vi una escena muy emotiva en una librería. Una mujer pasaba las páginas de Mi pequeño y se le caían las lágrimas. Se acercó otra mujer mayor, tal vez la madre, y la abrazó fuerte mientras la más joven seguía aferrada al libro". ¿A qué se debe ese "efecto" del libro? ¿Fue algo buscado o inesperado? "Lo notamos en cuanto lo tuvimos en las manos, como si fuera un bebe. Ese es el misterio de la creación", reconoce Albertine.

Germano toma aire y explica en voz baja: "Cada libro surge de una idea, una motivación diferente. Y nos tiene que atrapar a los dos por igual. No podemos explicarlo con palabras: es una experiencia intransferible. Eso nos pasó con Mi pequeño y también con nuestros otros libros". Línea 135 (Calibroscopio) y...

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