Algo muy parecido al apocalipsis

Los dirigentes no se ponen de acuerdo, los árbitros amenazan con ir al paro por falta de pago, el seleccionado no tiene director técnico ni a Messi, los clubes están en rojo y sin ingresos genuinos, muchos jugadores del ascenso no cuentan con recursos ni para llegar a los entrenamientos. La AFA ya no resiste más intervenciones judiciales ni de la FIFA. Sólo falta la del Estado, el último que podría hacer detonar una bomba que cada día que pasa tiene la mecha más corta. Eso pondría en riesgo la continuidad de Boca en la Copa Libertadores, un costo político tan alto para Mauricio Macri como el de la suba de las tarifas.

Si hubiera que imaginar el apocalipsis del fútbol argentino, sería algo muy cercano a todo lo que está ocurriendo. "No hay soluciones a la vista, la situación es muy difícil", dijo ayer Luis Segura, un presidente al que se le extendió el mandato para que ejerza sin autoridad ni poder de decisión. Mientras tanto, la Copa Argentina, que abarca de la primera división a los torneos federales, se desarrollaba con una previsibilidad digna de la Bundesliga, ahora puesta en duda por la medida de fuerza de los árbitros. Cada equipo que pasa una serie posa para la foto con la gigantografía del cheque en...

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