El Papa, polémico: 'En la libertad de expresión hay límites'

MANILA.- "Matar en nombre de Dios es una aberración. Pero tampoco se puede provocar , no se puede. Y si alguien dice una mala palabra en contra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo."

Lo dijo ayer el Papa durante una conferencia de prensa de 50 minutos que desde Sri Lanka lo trajo a Filipinas, al responder una pregunta sobre el atentado al semanario satírico francés Charlie Hebdo. Aunque ya había condenado con firmeza lo ocurrido en París la semana pasada, las frases de Francisco enseguida dieron la vuelta al mundo y crearon polémica, hasta tal punto que el Vaticano tuvo que salir más tarde a aclarar la expresión.

Todo empezó cuando el grupo francófono del vuelo papal recordó, primero, que en una misa en Sri Lanka anteayer, Jorge Bergoglio había dicho que la libertad religiosa es un derecho humano fundamental y luego le preguntó hasta qué punto puede llegar la libertad de expresión, otro derecho humano fundamental.

"¿Usted es francés? Vayamos a París, hablemos claro. No se puede esconder la verdad", contestó Francisco, que no tuvo pelos en la lengua.

De hecho, después de reiterar que "matar en nombre de Dios es una aberración", aseguró que la libertad de expresión es un "derecho humano fundamental" (como el de libertad religiosa), pero ésta -dijo- tiene un límite: no ofender, no insultar, especialmente a las religiones.

"No se pude provocar, no se puede insultar la fe de los demás, no se le puede tomar el pelo a la fe, no se puede. Estas personas provocan y luego algo sucede. En la libertad de expresión, hay límites", afirmó el Pontífice.

"Es verdad que no se puede reaccionar violentamente", también apuntó, pero consideró "normal" que pudiera haber una respuesta ante ciertas provocaciones, algo que explicó a través de un ejemplo concreto. "Si el doctor Gasbarri [Alberto, responsable de la organización de los viajes pontificios, que estaba en ese momento justamente a su lado], dice una mala palabra en contra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo... ¡Es normal!", exclamó. La frase provocó risas a 10.000 metros de altura. Y al mismo tiempo dio pie a polémicas, ya que, fuera de contexto, puede ser interpretada como una justificación al ataque al semanario satírico francés.

Ese debate sobre los límites de la libertad de expresión y sobre la necesidad de respetar las creencias religiosas crece cada vez más en Francia, a medida que baja el estupor por los ataques terroristas que dejaron 20 muertos.

Consultado por la cadena CNN, el vocero...

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