El Papa insta a la UE a no criminalizar a emigrantes ilegales

ROMA.- "Sueño una Europa donde ser emigrante no sea un delito, sino una invitación a un mayor compromiso con la dignidad de todo ser humano. Sueño una Europa de la cual no se pueda decir que su compromiso por los derechos humanos ha sido su última utopía." Con estas palabras, que evocaron el famoso discurso de Martin Luther King -nueve veces dijo "sueño una Europa"-, el Papa volvió a sacudir ayer a la dirigencia política europea por el drama migratorio.

En un momento en el cual la Unión Europea (UE) no sabe cómo enfrentar la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, Francisco llamó a un "nuevo humanismo europeo", basado en la integración, el diálogo y una economía social de mercado. Reclamó construir puentes y derribar muros.

"El tiempo nos enseña que no basta solamente con la integración geográfica de las personas, sino que el reto es una fuerte integración cultural", afirmó, en un fuerte discurso que pronunció tras recibir el premio Carlomagno de Aachen, el más prestigioso de Europa. La distinción fue otorgada en el pasado a figuras de la estatura de Konrad Adenauer, Winston Churchill y Juan Pablo II, entre otros. El motivo del galardón al Papa, que en 2013 viajó a la isla de Lampedusa y hace unas semanas a Lesbos, fue "su extraordinario compromiso en favor de la paz, de la comprensión y de la misericordia en una sociedad europea de valores".

Fue la primera vez que Jorge Bergoglio aceptó recibir una distinción, como él mismo recordó en febrero pasado en el vuelo que desde México lo llevó a Roma. Entonces explicó que había decidido hacer una excepción con el premio Carlomagno debido al momento crítico que atraviesa Europa.

Justamente a todo esto aludió el discurso de cinco carillas que Francisco pronunció en la Sala Regia del Palacio Apostólico del Vaticano. Lo escuchaban los vértices de la UE -los presidentes del Parlamento Europeo, Martin Schulz; de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk-, la canciller Angela Merkel, el rey Felipe VI y el primer ministro italiano, Matteo Renzi. Con la líder alemana el Papa tuvo una audiencia privada de unos 20 minutos.

"¿Qué te pasó Europa humanista, defensora de los derechos humanos, de la democracia y de la libertad?", preguntó el Papa, que evocó su discurso al Parlamento Europeo de noviembre de 2014, en Estrasburgo, cuando habló de una "Europa anciana", "abuela", "cansada" y "envejecida", que se "atrinchera" en lugar de buscar soluciones a los...

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