El Papa de la plaza: las fotos multiplican una imagen que se volvió ícono

Roma.-Una foto vale más que mil palabras, dice un viejo refrán chino. Y las imágenes que pueden verse todos los miércoles, día de audiencia general, en la Plaza San Pedro, valen más que mil palabras.

La proximidad, el contacto, la caricia, el abrazo –esa cercanía que el pastor con olor a oveja, el buen samaritano, tiene que tener con su grey–, son una constante cada vez que Francisco sale de la "jaula" del Vaticano y tiene una ceremonia pública. La espontaneidad, que enloquece a sus ángeles de la guardia, es otra característica. Cuando el Papa llega a la Plaza a bordo del papamóvil, con la mirada intenta llegar a cada uno de los presentes. Con una agildad que sorprende, aferra camisetas, rosarios, flores que le tira la gente reunida allí.

Hace detener el papamóvil para besar y acariciar bebes que le alcanzan de la multitud, y muchas veces con gestos explica que prefiere que no se los pasen si están llorando; no quiere que se queden con un mal recuerdo de ese hombre vestido de blanco que es aclamado como una estrella de rock.

Hace el OK con el pulgar y bromea con los compatriotas argentinos que a los gritos le comentan algún resultado de...

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