Pancho Dotto. Comparte el álbum de sus veranos dorados en Punta del Este

A hora estoy pagando el precio de la pasión. Alcancé el éxito, más del que hubiese imaginado, pero me quedé solo porque me enajené y viví para mucha gente. Yo no tuve a Diego Maradona ni a Susana Giménez. Tuve a muchas personas, a las que hice muy famosas, y eso me llevó la vida…". Antes de Dotto, las agencias de modelos argentinas cerraban en verano. En 1984, luego de mediar en una discusión salarial entre modelos y una productora,En 1988, reconocido por productoras y publicistas porteños, hizo su apuesta más audaz: viajó a Punta del Este con una selección de modelos para captar clientes y hacer acciones de marketing. Para aquella aventura inicial, convocó a Julieta Kemble, Andrea Bursten, Karina López y una rubia desconocida en la que él creía fervientemente: Valeria Mazza. Describe Dotto: "Alquilé un departamento en la parada 14 y media de la Roosevelt, en el Edificio Toliman, que todavía existe. Cuarto piso, por escalera, sin teléfono. Era un ambiente y medio: tenía una habitación y una cocina comedor. Como mi novia, Elizabeth Márquez, estaba trabajando en España, le dejé la habitación a Julieta Kemble, que había viajado con su novio. Yo dormía en el piso, sobre un colchón, junto a la heladera. Al lado, en otro colchón, dormía Valeria Mazza y más allá, Andrea Bursten. La única camita que había en el comedor se la dimos a Karina López. Yo tenía un Peugeot 505 con el que nos movíamos de un lado para el otro, un poco apretados. Las estrellas del verano, las únicas conocidas, eran Bárbara Durand y Carolina Peleritti. Ellas trabajaban conmigo, pero como ya ganaban buen dinero se habían alquilado otro departamento".-Fuimos a mostrarnos, a que conocieran a las modelos y que nos descubrieran como agencia. Todo a pulmón. Llevé remeras con el logo de la agencia y diez afiches, puestos en bastidor, con las caras de mis modelos. Coloqué los afiches en puntos estratégicos de la ciudad: uno en el parador de Solanas, otro en el café La Fragata, sobre Gorlero… Nosotros estábamos todo el día en Solanas, la playa de moda, por donde pasaban los fotógrafos de todas las revistas, con las remeras puestas. Así, la gente empezó a ver a las chicas y asociarlas con el nombre Pancho Dotto. Fue un verano fantástico. Volví a Buenos Aires con mil proyectos y la certeza de que mi relación con Punta del Este recién estaba comenzando.-Yo buscaba proyección internacional para mi agencia: quería generar clientes directos en los países limítrofes, como Chile, que siempre fue tan importante para mí, además de Uruguay, Perú, México… En Punta del Este estaban esos potenciales clientes, pero venían también agencias de todo el mundo a elegir modelos para llevarse a trabajar por dos o tres meses afuera. Fui el primero en exportar modelos a Japón, España e Italia. Viajaron Araceli González, Elizabeth Márquez, Raquel Gorospe…"Llegué a Punta del Este pasado de revoluciones. Había cumplido nueve años con la agencia sin parar ni siquiera un fin de semana. En el des - file de Giordano me...

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