Paloma Herrera: 'No vivo dentro de la burbuja del tutú'

Paloma Herrera está en Buenos Aires. Siempre se está moviendo de acá para allá, sin que se le preste particular atención, excepto cuando -justamente- quiere que así sea, porque dará una función de ballet. Como esta semana, en el Colón, que hará Giselle. En el mismo teatro, hace unos días, la gente que caminaba los pasillos en plena visita guiada se paraba a observarla posar para unas fotos junto a la escalera; igual ella podría haber salido por la puerta de Cerrito y cruzado la 9 de Julio sintiéndose libre de confundirse en la marea de las 17, excepto por su elegante total black y un par de altísimos tacos."Hola, yo también soy bailarina", le dice una nena, en el bar del Paseo de Carruajes.-¡¿Sí?! ¿Y estudiás acá?-No, voy a un lugar que se llama Vip, en La Plata.-Ah. ¿Y vos sabés cómo me llamo?-Sí, Paloma. Y yo me llamo Francesca.-Tal vez algún día bailes acá, Francesca.Paloma es sencilla; no tiene dobleces. Desde hace 30 años hace cada día lo que le da felicidad, una premisa que a priori todo el mundo compartiría, ¿o no? Pero si eso significara no asomarse a ver qué hay para mañana, si quisiera decir que es sin estrategia, que es solamente entrega. Cuántos podrían deshacerse de la ansiedad, del cálculo, la especulación, el miedo y confiar en la única decisión que tomó en su vida: que siempre es hoy. Cuesta creer que simplemente sea así, porque uno es desconfiado por naturaleza, pero habrá que creerle. No es una mujer exitosa más, que se queja de lo atribulado que está su país mientras comenta lo fantástico que es vivir en el Upper East Side de Nueva York. No presume de sus logros ni exhibe sus títulos (y tiene montones). Está en lo más alto, podría volar si quisiera, pero va con los pies en la tierra. Es serena, tiene la sonrisa generosa y transmite armonía. Al que lo deje tranquilo, que crea que es un poco ingenua por eso de mirar el vaso medio lleno. Está en su eje y tiene un equilibrio de hierro.Hace cuatro o cinco meses, una madrugada, cuando llegó a su casa después de una gala impecable, con bailarines de diferentes compañías, presionó send. A la mañana siguiente, sus contactos teníamos en la bandeja de entrada del mail una big news: esta temporada 2014-2015 será la última; después, dejará los escenarios. De hecho, a estas alturas, ya pasó su último Lago de los cisnes, su último Don Quijote... "Happy tears", ríe ella.–Falta un año completo (o más) de bailes y despedidas, pero ya tomaste la última decisión de tu carrera, la más importante en 30 años...

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