Palermo Hollywood: un barrio acechado por robos y usurpaciones

El hechizo del sol que baña Palermo Hollywood cada mañana es capaz de hipnotizar. Bajo su efecto cuesta creer que los vecinos de un barrio tan cálido y amable convivan con la ocupación ilegal de casas, asaltos permanentes en restaurantes y ladrones que irrumpen con armas largas en un lugar de naturaleza pacífica como una panadería. Pero el sol obra el milagro de la belleza, no el de transformar una realidad que, como en este caso, deja a los habitantes de una de las zonas más lindas de Buenos Aires al borde de la indefensión.De día, poco después de las diez, una luz suave y tibia invita a vecinos, empleados y turistas a disfrutar de una jornada feliz. Los desayunos que se ofrecen incluyen pan casero, té verde, café de Colombia y mermelada de arándanos. En el Oui Oui, en Nicaragua al 6000, una rubia despeinada entra en ojotas y laptop para despertarse mientras revisa su correo. Y muy cerca de ella, una pareja comparte la matinal lectura de diarios. La vida del barrio sería perfecta si no fuera por la ola de asaltos que ya pasó por los restaurantes Magendie, Porota y Donato, el bar The Cream y las panaderías Asturias y Moremore, sin que nada haga imaginar su final.De hecho, cerca de las 19 del martes pasado, los delincuentes convirtieron el restaurante deCata (Honduras 6100) en su víctima más reciente, y nada hace suponer que vaya a ser la última.Siempre por la mañana, en enero y febrero asaltaron en dos oportunidades al Magendie (Honduras 5900), y no hubo una tercera porque en ese nuevo intento el encargado, Tomás, enfrentó al ladrón y lo echó del local (horas más tarde, el mismo delincuente robaría en Porota, en Gorriti 5881). Entre febrero y marzo, a la panadería Asturias (Cabrera 6002) le robaron tres veces en diez días, y en una ocasión los ladrones fueron de allí a saquear Donato (Arévalo 1538) con total impunidad. "En enero salimos de vacaciones y cuando regresamos vimos que la cantidad de hurtos había aumentado mucho –dice Gastón Rodríguez, dueño de Asturias–. Pero lo que no podíamos imaginar era que nos iban a robar tres veces en diez días. La última fue terrible, porque vinieron con armas largas y estuvimos entre 10 y 15 minutos a su merced."Para Rodríguez, una de las razones de la ola de robos podría ser el aumento de ocupación ilegal de casas en las calles Ravignani, Gorriti, Arévalo y Carranza, entre otras. "Para mí, hay una relación –asegura–, porque nadie sabe quién vive ahí ni qué hacen ni dónde trabajan. En Cabrera ya hay ocho casas...

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