En Palermo, con borrón y cuenta nueva

Basta con asomar la nariz en cualquiera de las jornadas que se desarrollan en la exposición de Palermo o sumarse a una sobremesa en el restaurante Central para encontrarse con un optimismo a toda prueba. Ya son pocos los que se demoran en mirar atrás. A pesar de lo que se sufrió, la década ganada de los K no pesa más que un par de anécdotas.

No es para menos ya que el calendario apura y hay que estar atentos a las oportunidades. Como la llegada de inversores de primer nivel mundial que participarán entre el 12 y 15 de septiembre en Argentina Business Investment Forum. Con la presencia y el auspicio del presidente Mauricio Macri, la cadena agroalimentaria jugará un papel estelar. Según los organizadores ya hay más de 100 empresas interesadas en participar del desarrollo de energías renovables. Antes de que llegue esta bandera de largada de las inversiones, lo que se vive en el predio de la Rural es auspicioso.

Lo cierto es que recién se están dando los primeros pasos de lo que será un largo proceso. Este nuevo capítulo debería venir con una nueva agenda de desafíos y problemas a resolver que todavía no afloran en toda su dimensión. Por ahora, lo que prevalece es una visión festiva, obnubilada por tener delante un desafío de escala planetaria. Con la nueva política se puede llegar a participar de un mercado consumidor un dígito más grande que la que proponía "la mesa de los 40 millones de argentinos".

En el simposio "Volvamos a Producir Futuro" que esta semana organizó Biogénesis Bagó en Palermo, Rafael Bonasso, representante del Rabobank Argentina, efectuó la pregunta clave acerca del comportamiento que tendrá la Argentina ante la futura demanda mundial de alimentos, ¿será actor o espectador?

En su presentación, recordó que el proceso de urbanización dispara un mayor ingreso per cápita y este gatilla un mayor consumo de proteína animal. En los países asiáticos creció un 80% en los últimos 20 años. Lo interesante llegó cuando Bonasso puso la lupa en China y analizó su autosuficiencia alimenticia. Hoy la foto indica que es prácticamente autosuficiente, en más de un 95%, en casi todos los alimentos: cerdo, maíz, pollo, trigo y algo menos en carne vacuna. Pero la autosuficiencia no se da con el poroto de soja donde China produce menos del 20% de sus necesidades. Por este motivo, sus importaciones revolucionaron el mercado mundial de la oleaginosa. Ahora bien, en la medida en que China siga incrementando su ingreso per cápita ¿continuará siendo...

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