Nada en el país volverá a ser como fue

En la cárcel de Ezeiza ya están presos el que pagaba y el que cobraba. y . Son las puntas visibles de la amplia y multimillonaria red de corrupción de la obra pública en tiempos del .

Sin embargo, sería ingenuo suponer que todo terminaba en Báez (o que era el único empresario) y que José López era la última instancia de la decisión oficial en aquella época. La prueba de que ellos eran sólo las cabezas visibles de una pandilla mucho más grande es el profundo cambio de la política.

Doce años de hegemonía política del kirchnerismo no terminaron tras una larga y extenuante batalla, sino por un fulminante golpe de knock out. El peronismo ya no es lo que era; el kirchnerismo se convirtió en una secta minoritaria; la Justicia está asumiendo, en algunas instancias al menos, que el tiempo de la arbitrariedad se terminó, y la alianza gobernante encontró el oxígeno que le estaba faltando.

La carta de es fundamentalmente mentirosa. Juró que ella no le dio el dinero a José López.

Nadie le está preguntando si dio dinero, sino cuánto dinero recibió. Respondió una pregunta que nadie le hizo y no contestó la pregunta que realmente le están haciendo. Dijo también que habría que preguntarles sobre ese dinero a empresarios, jueces y periodistas.

No hay sólo santos en ningún rubro de la vida pública, pero fue durante un cuarto de siglo el hombre de confianza de la familia Kirchner en la obra pública, que fue desde Santa Cruz la gran caja de recaudación familiar. Hay ex funcionarios que recuerdan todavía los gustos de José López en las tardes de fulbito en Olivos durante los tiempos de : tomaba cantidades importantes de champagne Dom Pérignon (uno de los más caros) con hielo. Se sentaba siempre en el mismo lugar: frente al entonces jefe de los espías kirchneristas, Francisco "Paco" Larcher. "Siempre estaba muy excitado, como pasado de rosca", describen.

Un día después de las contorsiones nocturnas de José López, el miércoles, el Senado les daba el acuerdo a los jueces de la Corte designados por , , con un número de votos que ni los más optimistas esperaban. El bloque cristinista, que supo tener más de 40 senadores, quedó reducido a 8. En la mañana del día anterior, cuando comenzaban a filtrarse las primeras noticias del escándalo de José López, dirigentes del Senado deducían que contaban con el número necesario de votos, pero no estaban seguros. , y habían quedado exhaustos contando voto por voto, hasta que José López volcó el tablero hacia las necesidades de...

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