El país, ante el proceso electoral

Es lamentable que en tiempos preelectorales se confundan cuestiones que podrían facilitar al futuro gobierno las reformas necesarias para superar nuestras crisis continuas.

En lo político influye la falsa ilusión de que solo la intervención del Estado asegura el progreso y la justicia social. Esos son efectos del estatismo marxista-socialista que seduce a millones, en especial a intelectuales y políticos. Ni el peronismo, ni la oposición desde 1955 -entre ellos, los radicales y algunos gobiernos seudoconservadores de provincia-, ni los gobiernos militares corrigieron dicho estatismo: el Estado, sus gastos y el déficit crónico crecieron sin límites. Solo con el derribo del Muro de Berlín y la caída del socialismo soviético quedaron expuestas abiertamente las décadas de engaños, fracasos y totalitarismo antidemocrático. Hoy, esa dramática revelación parece haber quedado en el olvido.

En cuanto al Gobierno, las medidas iniciales fueron exitosas. Se evitó un nuevo estallido inflacionario, nos reintegramos al Primer Mundo, se superó el default, se emprendieron numerosas obras de infraestructura y se volvió a crecer. Pero al adoptarse una política "gradualista", postergando medidas de fondo, creció la deuda externa sin que se lograran inversiones suficientes por el antecedente de nuestros ocho defaults y las evidencias apabullantes de corrupción pública.

El año último, el efecto Trump, que influyó para que capitales mundiales volviesen a los Estados Unidos, nos dejó sin crédito y obligó a reestructurar la deuda externa con el FMI. La inflación se reactivó de la mano de mayores precios, indexaciones y tarifas, agravándose así la crisis heredada pese a aumentarse la ayuda social.

Sorprendió la demora oficial en explicar tanto estas causas externas como las internas, que los países que eliminaron su inflación necesitaron años, superaron ajustes impopulares y consiguieron reducir la pobreza. Se transmitió de tal modo una visión incompleta y distorsionada de la realidad. Distintas vertientes opositoras coinciden en que "el Gobierno fracasó y hay que volver al anterior". Hasta ahora han disimulado con extraño éxito el hecho de haber sido los causantes originarios de la crisis, y que sus iniciativas conocidas la agravarían aún más. En cuanto a la corrupción sistémica desde el Estado, ¿cree realmente alguien que nadie robó nada?

Es verdad que no se pudo avanzar en reformas estructurales, ya que la oposición ha retenido la mayoría en ambas cámaras del...

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