El país más feliz del mundo

Una imagen de Helsinki, la capital de Finlandia

Gracias a las playas, el carnaval y el supuesto jogo bonito , a la felicidad la tenemos por brasileña, por mucho que una de las canciones más emblemáticas de Vinicius y Jobim ya alertara que, a diferencia de la tristeza, tiene fin. En el Informe Mundial sobre la Felicidad de la ONU , que se dio a conocer el lunes, Brasil no está a la cabeza (ocupa el puesto 49). Podría sorprender que el ránking esté liderado por Finlandia, sino fuera porque ocupa el sitial de "país más feliz del mundo" por sexto año consecutivo.

Los datos surgen de encuestas ciudadanas. ¿De dónde viene la felicidad finlandesa? Del equilibrio entre lo individual y lo colectivo, si se piensa que las preguntas contemplan items que van desde los ingresos y la generosidad a la ausencia de corrupción. El frío extremo, la oscuridad durante gran parte del año, deprimiría a los que estamos poco acostumbrados. No a los finlandeses. La felicidad es para ellos menos un universal que un ánimo satisfactorio, aunque alguna serie policial y las películas de Aki Kaurismäki también muestren que no todo es un lecho de rosas.

Desde el puesto 52, a la Argentina tal vez le resulte escaso que el éxito en el fútbol no la haya hecho avanzar algunos puestos más (subió cinco), pero la intensidad del Mundial es pasajera, aunque deje secuelas de alegría. Para gran parte de los finlandeses, en todo caso, el fútbol no califica para esas cuestiones. Me tocó ver por televisión la final del Mundial 98 entre Francia y Brasil en Helsinki, en el departamento de una pareja amiga. El partido fue entretenido, pero los comentarios de Kati y Tuomo todavía más. Como pasatiempo, les parecía de una lentitud pasmosa en comparación con la adrenalina del hockey sobre hielo. No podían entender cómo no se desterraba de inmediato la regla del off-side, eterna interruptora del juego. Para ellos, el fútbol era, más que felicidad, un puro absurdo.

En el idioma finés, los sustantivos no tienen género, algo que debe ahorrar discusiones sobre un lenguaje que ya es inclusivo sin saberlo

Hanif Kureishi declaró a la capital finlandesa la ciudad más aburrida del planeta. No debe haber mutado mucho en el nuevo siglo: el bar más chic se destacaba en aquellos...

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