Un país a la deriva: sin plan de estabilización caeremos en el abismo

El gobierno de Alberto Fernández enfrenta una crisis de liderazgo que determino el inicio de una corrida cambiaria. El aumento de la incertidumbre y la falta de coordinación en materia de medidas económicas podría llevarnos a un escenario de aceleración inflacionaria y quizá hasta un episodio hiperinflacionario.

El nombramiento de Sergio Massa como superministro dio inicio a una reacción positiva inicial de los mercados. El dólar paralelo cayó abruptamente a la espera de medidas, que cuando llegaron resultaron tener gusto a poco e implicaron una nueva corrección cambiaria.

Lo anunciado está lejos de ser un un plan de estabilización . Se trata de un conjunto de deseos y aspiraciones sumadas a unas débiles señales monetarias y fiscales que carecen de coherencia sustentable para poder retomar el control de la economía. El nuevo estallido será entonces una cuestión de tiempo que la clase política no podrá controlar.

La literatura de planes de estabilización es abundante y rica en recetas anti inflacionarias. En el pasado, al menos transitoriamente, se ha podido controlar a la inflación mediante la implementación de un conjunto de medidas coordinadas que puedan generar un shock de confianza que estabilice la moneda, al menos temporalmente.

Uno de los errores más frecuentes entre los economistas no académicos radica en plantear soluciones desde posturas ideológicas dogmáticas como si dichas respuestas fueran la única solución al dilema estabilizador.

El consenso académico no dogmático permite diferenciar dos estrategias distintas de estabilización y ambas pueden lograr resultados exitosos. Quienes no creen en las soluciones de mercado suelen proponer alternativas que se conocen con el nombre de heterodoxas, en tanto que quienes creen en el poder autorregulador del mercado, entre quienes me incluyo, dejan que los precios relativos encuentren su equilibrio sin intromisión del estado.

Decir que solo las estrategias ortodoxas, comúnmente asociadas a economistas liberales son las únicas herramientas factibles de estabilizar, es caer en un error de arrogancia. Por ejemplo, el plan...

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