Padres en guerra: la restitución, bajo la mirada de los hijos

Las células de su cuerpo viven en pugna: son hijos y a la vez la razón por la que sus padres pelean. Esto los sume en . Y la exposición mediática de esa tragedia familiar los daña. Arrasa su psiquismo infantil y los deja en un estado de frente al mundo adulto.

Ésas son algunas de las conclusiones de un trabajo que realizó un grupo de especialistas de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) para estudiar cómo afecta a los hijos el proceso de restitución. Una situación que, como en el caso de Ana Alianelli (ver aparte), la distancia agrava y que se repite cada vez con mayor frecuencia.

Según las últimas estadísticas disponibles en la Cancillería, cada año se presentan más de cien pedidos de restitución internacional. Más del 70% son padres que solicitan que el hijo sea devuelto al país en el que la familia tenía fijado el arraigo y cerca del 30% corresponden a pedidos de visita internacional incumplidos. Las estadísticas están actualizadas hasta 2007, y el número podría ser mayor, ya que en gran medida estos conflictos son consecuencia de la gran migración de argentinos tras la crisis de 2001.

Según apuntan en la fundación FoundChild, que dirige Gabriela Arias Uriburu -madre separada de sus hijos en Jordania en los 90-, cada semana se reciben diez consultas. España, Italia, Estados Unidos, México, Brasil y otros países limítrofes encabezan el ranking.

"La separación forzosa de menores por uno de sus padres constituye una situación traumática por excelencia. Los trastornos que pueden generar, dependiendo de la singularidad de cada niño, pueden provocar cuadros autistas, psicóticos, neuróticos y desarrollos defectuosos de la personalidad, entre otros", apunta el trabajo de APA.

Según explica Mónica Cruppi, una de las autoras del trabajo, "estas verdaderas situaciones traumáticas impactan sobre el psiquismo infantil. El chico, por un lado, percibe una realidad confusa, angustiante y desconcertante. Y a la vez tiene que convivir con el relato dual que hacen los padres", agrega. "Es muy desestabilizador. Y si se le suma la exposición mediática, se encuentra que el chico queda en una situación de total indefensión", dice.

Los expertos apuntan a que en una gran cantidad de casos los hijos que quedan en medio de fuertes peleas públicas, en la adultez, optan por vivir cerca del progenitor que menos los expuso o lejos de ambos.

Hay dos casos que se convirtieron en emblemáticos. El primero fue el de la pequeña Daniela Wilner Osswald, de cuya...

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