El pacto entre Massa y los bancos: un matrimonio por conveniencia

Massa en la reunión con banqueros

El acuerdo para intentar llevar adelante una reprogramación "prolija" de los pagos de la deuda en pesos más inmediatos -sellado por los bancos y el ministro Sergio Massa- no es más que un simple "matrimonio por conveniencia".

Para el Gobierno era clave despejar la cargada agenda de vencimientos -que imprudentemente había armado- y que le tocaba enfrentar hasta mitad de año para no exponerse al riesgo de no poder refinanciar ese pasivo. Era una tensión que, de mínima, estresaría aún más al mercado cambiario local, y lo hubiera obligado a apelar por vía directa a "la maquinita" del Banco Central (por vía indirecta nunca dejó de usarla) para cubrir su déficit. Es algo que no estaba dispuesto a hacer, porque sabe que haría explotar el acuerdo con el FMI, es decir, el único "ancla" de expectativas que queda, como admiten en el Ministerio de Economía.

Para los bancos, es la chance de encapsular la posibilidad latente de enfrentar sorpresas desagradables con las inversiones en bonos públicos, que son las que más espacio ganaron en su activo en el último año -se incrementaron en un 90%- en medio de las turbulencias que siempre acompañan a las campañas electorales. Y además de dejar bloqueada la posibilidad de que una nueva administración se vea tentada a reestructurar compulsivamente esa deuda (como algunos de sus referentes llegaron a deslizar), en pos de ganar espacio para hacer el ajuste que las cuentas públicas inevitablemente necesitan.

Sergio Massa anunció el canje de deuda por 9,8 billones de pesos

Es en este...

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