Oyarbide no debería eludir el juicio político

Finalmente, el Consejo de la Magistratura habría reunido suficientes votos para iniciar un proceso de investigación sobre las aptitudes profesionales y éticas del juez federal en lo criminal Norberto Oyarbide. Esta vez, el hecho desencadenante fue que el magistrado hubiera aceptado dejar sin efecto un allanamiento que había dispuesto, luego de que un funcionario del gobierno anterior se comunicó telefónicamente con él.

Protagonista de escándalos de todo tipo, incluidos los judiciales, funcional al menemismo y luego al kirchnerismo -dos gobiernos que más de una vez lo salvaron de juicios políticos-, Oyarbide había despistado primero al anunciar que se jubilaría y luego cuando trascendió que seguiría al frente de su juzgado.

Por eso, en el Consejo de la Magistratura se optó por seguir investigándolo, aunque el juez ya comenzó el trámite para jubilarse. Tiene 65 años, más de 30 de aportes y 40 en la Justicia, y el largo historial de escándalos que lo hacen merecedor de un juicio político y no de una renuncia por jubilación.

Así como el kirchnerismo lo protegió, Oyarbide le pagó con la misma moneda al sobreseer irregularmente al matrimonio Kirchner por enriquecimiento ilícito y a importantes kirchneristas, como Ricardo Echegaray, ex titular de la AFIP.

Si Oyarbide se jubilara, el juicio político se volvería abstracto y la sociedad quedaría con la sensación de haber solventado con sus impuestos a un magistrado indigno.

El Consejo de la Magistratura lo investigará por haber suspendido en 2013 un allanamiento a una financiera tras recibir la llamada telefónica de Carlos Liuzzi, segundo de Carlos Zannini en la Secretaría Legal y Técnica de Presidencia de la Nación. Está claro que si un magistrado federal, cuyo rol consiste en investigar la conducta de los funcionarios, exhibe de manera tan evidente su permeabilidad a los deseos de los mismos funcionarios que debe juzgar, su independencia y su permanencia en el cargo quedan seriamente comprometidas.

A Oyarbide el Consejo lo citó para el 5 del mes próximo para que preste declaración ante la Comisión de Acusación y Disciplina, pero el juez resolvió no concurrir personalmente a ejercer su defensa y ayer un escrito que quedó reservado hasta la próxima sesión de la Comisión, donde se leerá como parte del descargo del juez.

Quizás el problema central no haya pasado tanto por las repetidas demostraciones de la funcionalidad de este juez hacia los poderosos de turno, sino más bien por la forma en que se lo...

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