Oyarbide dice que buscan echarlo por razones políticas

El juez federal Norberto Oyarbide se defendió en la causa por inconducta que avanza en su contra y podría terminar con su carrera en la Justicia. Presentó un escrito en el Consejo de la Magistratura en el que afirmó que si buscan destituirlo es por "razones políticas" y justificó su decisión de haber frenado 22 allanamientos después de una llamada de la Casa Rosada.

LA NACION accedió al escrito presentado por Oyarbide en el Consejo de la Magistratura para defenderse. En ese documento, el juez dijo que se les dio un "desmedido crédito" a las denuncias en su contra. "Juegan con la presunción que han instalado mediáticamente sobre la corruptela de este juez", afirmó.

Oyarbide habla de sí mismo en tercera persona, como "el suscripto", algo que suelen hacer los jueces. Dice que los consejeros de la magistratura que lo citaron a declarar por mal desempeño partieron de una "presunción falsa": "la supuesta interrelación y/o connivencia del suscripto con el poder político".

El año pasado, Oyarbide había ordenado 22 allanamientos y los frenó todos después de una llamada de Carlos Liuzzi, entonces subsecretario legal y técnico de la Presidencia, el número dos de Carlos Zannini. Según el relato del juez, Liuzzi le dijo que en uno de los operativos los policías estaban pidiendo coimas. Oyarbide y Liuzzi se conocían. El juez había sobreseído al funcionario, que fue investigado por enriquecimiento ilícito (una causa que ahora la Oficina Anticorrupción pidió reabrir).

Según Oyarbide, los consejeros que lo acusan vinculan la decisión de frenar los allanamientos con "aquella hasta entonces insípida decisión" de sobreseer a Liuzzi.

En su escrito el juez afirmó que él habría frenado los allanamientos igual, ya fuera que la llamada proviniera de Liuzzi, de otra persona "del tan mentado poder político", e incluso si hubiera sido "anónima". Porque, dijo: "La duda es un ingrediente infame de toda decisión judicial".

Oyarbide argumentó que "no era descabellado suponer" que lo denunciado era cierto y que lo mismo estarían haciendo otros policías en los demás procedimientos.

Los consejeros que citaron al juez creen que no es razonable haber frenado todos los allanamientos (medidas cuyo éxito está atado al factor sorpresa) sin el menor intento de chequear que lo denunciado fuera cierto. Oyarbide responde que pedirle que fuera él a los operativos era "un verdadero despropósito humanamente impracticable" y habría implicado dar "por sentado que la llamada es veraz"...

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