Algo oscuro y novedoso irrumpió en el país

Nicolas Carrizo y Brenda Uliarte

Habitualmente, el ojo mira y ve lo que está acostumbrado a ver. Es difícil advertir lo novedoso, lo imprevisto. Probablemente, requiere de un esfuerzo deliberado ver lo que puede estar surgiendo, pero todavía no es del todo evidente. Hay como inercias en la percepción con las cuales al cerebro le cuesta mucho identificar fenómenos nuevos. ¿Está pasando eso en la política argentina?

Si uno empieza a relevar determinados fenómenos que están ocurriendo delante de nuestros ojos, pero no en el centro de nuestra atención, podríamos empezar a advertir que lo que teníamos por conocido se está modificando y que están apareciendo realidades distintas, nuevas, y que interesan, porque son inquietantes .

Durante mucho tiempo, hemos presenciado nuevas formas de violencia en la Patagonia, similares a las que aparecieron en el sur de Chile , ligadas a sectores que reivindican de manera conflictiva, la causa de los mapuches . Hace poco, se dictó sentencia en un juicio abreviado por un ataque con bombas molotov al diario Clarín. Se sabe menos, pero hubo también un atentado cibernético contra el mismo grupo, Artear, probablemente procedente desde el exterior, que la Justicia está investigando. Mauricio Macri , que fue amenazado recientemente y fue víctima de episodios de violencia en el sur , dijo el domingo en LN+ que él había robustecido su custodia y que está más atento. En una manifestación en el Senado hubo una agresión muy violenta a las oficinas de Cristina Kirchner a la que ella le presta mucha atención, retroactivamente, después del atentado que padeció hace pocos días. Tribus urbanas con consignas de ultraderecha, filonazis, atacan la Casa de Gobierno con antorchas. Expresan mensajes conflictivos ya no con la política y con su dirigencia, sino con la democracia.

En este contexto de hechos aislados, pero que parecen tener un hilo conductor por la aparición de fenómenos que no estábamos acostumbrados a ver, irrumpe en el centro de nuestra atención un supuesto vendedor de copos de azúcar que le pone una pistola en la cabeza a la vicepresidenta y gatilla sin que salga la bala. La percepción inicial de este episodio conmocionante fue que Fernando Sabag Montiel es un loco suelto , un lunático que quiso extrañamente entrar en la historia asesinando a la expresidenta y actual vice, Cristina Kirchner. Después empiezan a aparecer indicios que obligan a corregir esta impresión inicial de que estamos frente a un electrón suelto. Distintos datos que nos obligan a formularnos una cantidad de preguntas que todavía no tienen respuestas, que dependen centralmente del fiscal Carlos Rívolo y de la jueza María Eugenia Capuchetti y giran alrededor de mensajes de texto que aparecen en los celulares de personas relacionadas con Sabag Montiel, porque el contenido del teléfono del atacante fue borrado, reseteado y destruido. Ahí hay un gran signo de interrogación desde que ocurrieron los hechos.

Están los mensajes de Brenda Uliarte, la novia de Sabag Montiel , que son interesantes . Ella le dice a su amiga Agustina Díaz: "No es joda boluda, estoy armando un grupo para ir con antorchas, bomba, fierro, todo, voy a ser la libertadora de Argentina, estuve practicando tiro, sé usar un fierro". En otro mensaje, sigue la misma épica: "Hoy me convierto en San Martín. Voy a mandar a matar a Cristina. me re pudrí de que hablen y no hagan nada. Yo sí voy a hacer, se me metió el espíritu de San Martín en el cuerpo". En otro: "Tengo algo de money , conocidos. Me voy, pero antes quiero hacer algo por el país". En otros mensajes habla de la posibilidad de alquilar un departamento en Recoleta, para organizar el atentado. Los chats de Uliarte nos plantean otra incógnita: ¿por qué no los borró? Son varias sus peculiaridades. Si uno mira todos los mensajes que se conocieron hay una corrección gramatical llamativa. Usa algo que se ha vuelto inusual en ese medio, signos de interrogación de apertura en las frases. Todas las tildes están donde corresponden. Alguien tan marginal, alguien que quiere trasgredir la regla como ella se está proponiendo, ¿es tan apegada a la normativa gramatical y ortográfica? Perplejidades. Pero sobre todo: alguien que parece ser medianamente formada como para tener esa gramática, no borra esos mensajes. Los deja.

Sigue tirando de la piola la jueza Capuchetti y el fiscal Rívolo y termina cayendo alguien al que había que prestarle atención desde el comienzo, por los mismos datos que aparecían en la prensa y que surgían de la investigación: Gabriel Nicolás Carrizo . Aparentemente, era el jefe de estos vendedores de algodón de azúcar que también, en sí mismos, son extraños . Cualquiera que conozca la plaza Vicente López, cerca de la casa de Cristina Kirchner, habrá advertido que casi nunca hay vendedores de algodón de azúcar en esa zona. Están frente al zoológico, en los parques, frente a la puerta de los colegios. Es raro verlos en una manifestación de gente grande, afiebrada de amor hacia Cristina. Carrizo es el que les proveía la mercadería a estos otros vendedores ambulantes y tenía la máquina para hacer el algodón. Lo detienen, se examinan sus mensajes y son más inquietantes que los de Brenda Uliarte . "Mi amigo estuvo a un segundo de convertirse en héroe nacional. Estuvo muy cerca, no lo entiendo, andaba bien"; "Cristina tiene miedo, salió mal, pero tiene miedo"; "Esto estaba planificado para dentro de una semana, hizo todo mal, es un pelotudo"; "Estamos decidimos a matarla a la puta esa".

Nicolás Carrizo, detenido el miércoles pasado, y Brenda Uliarte.

Estamos hablando de que ya no es un lunático solo, sino que pareciera haber una planificación, un programa . Habrá que ver cuándo empieza. Probablemente, en marzo o abril cuando compran la pistola. Habría que reconstruir asimismo cuál era el clima del país en aquel momento para que alguien diga: "Dentro de unos meses matamos a Cristina". Son datos importantes para ir formándonos una idea del misterio que hay alrededor de esto. Lo más curioso de todo es que cae este vendedor de copos de azúcar, subrayo la actividad, y aparecen enseguida varios abogados, alrededor de los cuales...

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