Oscar Parrilli, un filántropo peligroso

La Aduana suele donar o rematar las mercaderías que secuestra cuando son perecederas, cuando nadie las reclama, o cuando hay una sentencia firme por contrabando. Pero en Córdoba ocurrió algo anormal, que el juez Ricardo Bustos Fierro acaba de condenar.

La Aduana allanó varias tiendas para niños, secuestrando más de 49.000 artículos, entre cunas, triciclos y cochecitos. La Justicia determinó que muchos de esos productos no habían sido contrabandeados. Y que otros no podían venderse por contener ftalato, un químico que puede ser nocivo.

Pero cuando los comerciantes fueron a recuperarlos, esos bienes ya no estaban. Antes de que termine el juicio, la Aduana los había donado a la Secretaría General de la Presidencia, de Oscar...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR