El más osado y obediente soldado de la causa kirchnerista

Ayer renunció el implacable, caprichoso, violento y religioso ferviente Guillermo Moreno. Se va del escenario central del kirchnerismo el artífice de http://www.lanacion.com.ar/1639795-julio-cobos-quizas-la-renuncia-de-guillermo-moreno-se-deba-a-la-reaccion-de-los-mercados-de-como oficiales y que terminaron por sacar al país del mundo de los negocios. Se va el bravucón estatal que se paseaba por la Plaza de Mayo con matones a sueldo. Se va el encargado de ejecutar uno de los pilares de la gestión de Néstor y Cristina Kirchner: infundir miedo, agredir y someter al empresariado argentino.Desde su cargo de secretario de Comercio Interior hizo de todo. http://www.lanacion.com.ar/renuncio-guillermo-moreno-t50217en su despacho; vapuleó al campo y a quienes apoyaron aquella movilización de 2008; intervino compañías y negoció precios con supermercados argentinos, franceses, chinos, norteamericanos o chilenos. Demandó sin piedad a quienes lo enfrentaron y perdió -también sin piedad- en cada uno de los casos judiciales que inició. Militó, gritó y no escuchó ninguna voz excepto la de sus jefes: Néstor y Cristina. Prohibió exportar carnes; exigió renuncias de ejecutivos; gobernó los precios de todos los sectores posibles; manejó la crisis energética y les apagó los hornos a las empresas que gastaban mucho gas. Repartió guantes de boxeo en una asamblea de Papel Prensa y viajó a Angola en un avión empapelado con cotillón anti-Clarín, rodeado de un centenar de empresarios que festejaron el cotillón mediático del funcionario.Administró el nivel de los diques; pugnó por la construcción de una refinería de petróleo; ilusionó a miles de inquilinos con créditos hipotecarios para que pudieran convertirse en dueños; bregó por la instalación de puestos de ropa barata en los shoppings y se trenzó con el campo. Intervino el mercado cambiario para los ahorristas y pugnó para que llegaran dólares al país sin importar si fueron originados en el delito o en el trabajo.Pero hubo una obra con la que coronó su trabajo. El soldado más osado del kirchnerismo en el mundo económico obedeció sin dudar cuando bajó la orden de la Casa Rosada: intervino el Indec, desplazó a empujones a empleados de carrera, trajo su tropa y mintió una vez por mes cada vez que se publicaron las estadísticas de la inflación.Fue en el anterior cargo de secretario de Comunicaciones -que ejerció desde que asumió Néstor Kirchner hasta que su jefe político lo nombró en la Secretaría de Comercio Interior- cuando los...

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