La oposición corre sus límites

Los límites, imprecisos aún, de las probables alianzas electorales están ahora en el centro del debate interno de la oposición. Reuniones secretas, conversaciones en voz baja y trascendidos apenas audibles rondan sobre qué deberían hacer los antikirchneristas. Están frente a un gobierno con creciente apoyo social, pero cada vez más radicalizado. El duro documento del viernes, en el que se juntaron firmas que nunca estuvieron juntas, fue, quizás, un ensayo para eventuales acercamientos más prácticos.La primera constatación a la que llegó la oposición es que han dejado de existir, por ahora al menos, los tres tercios en lo que se repartía hasta hace poco el electorado. Uno de esos tercios, el del oficialismo, ha crecido, pero mucho más han descendido los otros dos tercios de la oposición, que ya no son dos tercios. Estos estaban formados por el arco no peronista y por el peronismo disidente.La segunda constatación que conmovió a la oposición, aunque no lo diga, es que Cristina Kirchner pasa por su mejor momento político desde que accedió personalmente al poder. Arropada por un porcentaje importante de la sociedad, que no está dispuesta por ahora a ver los muchos y peligrosos errores de su gobierno, la Presidenta se beneficia también de la falta de alternativas políticas. Ella cosecha en sectores sociales conformes con el alto nivel de consumo. La economía soporta una inflación alta, pero compensada con aumentos salariales y créditos. El equipo de campaña de Cristina es una máquina que produce hasta cuando ella duerme.Tal vez los actuales halagos electorales ni siquiera sean obra del equipo ni de su jefa. Nadie en el campo contrario es candidato presidencial definitivo, las eventuales alianzas se demoran y la fragmentación prevalece sobre los acuerdos posibles. Hasta los radicales, que son los que mejor administran sus disidencias internas, están divididos en dos bandos. En ese contexto, en el que jugaron también los significativos atropellos a las libertades de los últimos tiempos, se inscribió el documento de anteayer. El documento sería poco si se quedara sólo en ese documento , adelantó un dirigente opositor.La importancia de esa carta no sólo radica en su texto, inusualmente duro, sino también en la categoría de los firmantes. Nunca antes se habían visto las firmas conjuntas, en un mismo papel y con las mismas ideas, de Elisa Carrió, de Mauricio Macri y de Eduardo Duhalde. Las rúbricas de los radicales Ricardo Alfonsín y Ernesto Sanz y del peronista...

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