La opción crucial de Alberto Fernández

Hay en el Frente de Todos una contradicción interna que le exige al presidente electo proezas y fintas verbales constantes. Esta tensión omnipresente, fruto de la elasticidad de los peronistas a la hora de juntar peras con manzanas para volver al poder, tiene a mal traer a Alberto Fernández. Se lo ve cansado, a la defensiva, incluso enojado cuando el periodismo le pide definiciones que no está en condiciones de ofrecer sin serruchar alguna de las patas que lo sostienen. Esa contradicción que lo atenaza limita sus movimientos y le impide actuar con decisión y libertad. A partir del 10 de diciembre se levanta el telón de un nuevo acto y no le quedará más remedio que salir al ruedo.Aunque no hubo arrepentimiento ni autocrítica, existirá para el nuevo gobierno, apenas asuma, un espacio de prueba donde tendrá la posibilidad de demostrar que aprendió algo de las tropelías y los excesos autoritarios de su encarnación anterior. Esto vale incluso para el caso de que jamás reconozca esos pecados contra la república y se presente como un dechado de virtudes democráticas puestas al servicio de un pueblo castigado por las políticas "neoliberales" del gobierno actual. Salvo que el discurso tienda a construir relato para buscar una nueva hegemonía, importará más lo que el nuevo presidente efectivamente haga que lo que diga.La intriga del drama será hacia dónde empezará a correr la acción. Fernández tendrá entonces la oportunidad de dejar atrás los métodos y fines del pasado, que tanto daño y antagonismo han causado, para abrir una etapa de convivencia constructiva entre oficialismo y oposición que es, en los tiempos que se avecinan, lo que le conviene. En todo caso, seguro, lo que le conviene al país.Sin embargo, el kirchnerismo parece inclinado a volver a sus viejas prácticas. Eso sugieren incluso algunos gestos del mismo Fernández. Por ejemplo, cuando tilda de "mentiroso" al Presidente. ¿Por qué exponerse a que pongan en duda su autoridad para soltar semejante calificativo? ¿Acaso no falseó el kirchnerismo los datos del Indec al punto de dejar fuera de juego al organismo y sin estadísticas al país? ¿Qué autoridad tiene sobre la verdad alguien que vira del negro al blanco según le convenga, como hizo él en relación a Cristina Kirchner, que pasó de ser una encubridora y tantas otras cosas feas a una perseguida de los jueces y tantas otras cosas lindas, amén de una oportuna compañera de fórmula? Le convendría mirar hacia adelante...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR