Olimpo festejó; Godoy Cruz se llenó de dudas

BAHÍA BLANCA.– Abrazos, lágrimas, alivio y el festejo al grito de "Olimpo es de primera", resultó la mitad de la imagen que dejó el final del partido. Esa celebración aurinegra, la comunión entre el público y los futbolistas, contrastó con la desilusión y los temores que invadieron a Godoy Cruz, que con la derrota no sólo no pudo treparse a lo más alto de la tabla de posiciones: además, comprometió su permanencia en la máxima categoría. Un triunfo de Atlético de Rafaela, hoy, hundiría a los mendocinos en los puestos de descenso, a falta de un partido para el desenlace de la temporada.La tensión por la incómoda situación, a pesar de que Godoy Cruz podía ser puntero, al menos hasta que jugaran River y Gimnasia LP, se reflejó en las imperfecciones que se produjeron en el primer tiempo. Una etapa intrascendente, con dos equipos sin creatividad, escasos de ideas y con la sospecha de que a ambos les caía bien un empate, aunque con ese resultado el más perjudicado era el conjunto mendocino, que así debía remar en el último partido del campeonato.Con velocidad y potencia física, Castillón y Valencia fueron los destacados en ese tiempo de fútbol de vuelo bajo. El colombiano tuvo la más clara para Olimpo, pero Nicolás Sánchez se interpuso y desvió el balón al córner; de esa acción, ejecutada por Gil, Musto, de media vuelta, no pudo vencer a Carranza, que contuvo con esfuerzo el remate.Acostumbrado a las propuestas ofensivas, Jorge Almirón mantenía a Godoy Cruz retrasado, con pocas oportunidades para Castellani, que así no inquietaba a los bahienses. Como contrapartida, Perazzo instruyó a su equipo a marcar la diferencia. La respuesta fue rápida. El quiebre se produjo con una jugada veloz de Cerutti, tal su estilo; Carranza no pudo contener la pelota y Gil, de arremetida, convirtió su primer gol en primera.No disfrutó la ventaja Olimpo: dos minutos más tarde, a los ocho, Diego Rodríguez capturó una pelota que bajó Óbolo de cabeza y devolvió la paridad en el resultado. Era una imagen tramposa, porque mientras Olimpo estaba convencido de lo que llevaba adelante, el rival no lograba desenredar el nudo. El que cometía un error lo pagaba, y los locales forzaron a Godoy Cruz a trastabillar: Lugüercio devolvió al área una pelota que parecía perdida y Valencia sorprendió a Carranza; el...

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