Por la ola de juicios, los tribunales laborales están colapsados

Fuentes oficiales dicen que en la Argentina hubo 120.000 juicios laborales en 2016, que se sumaron a los 340.000 en trámite, cuando los tribunales tienen capacidad para tratar sólamente 35.000 por año. Los fueros laborales están colapsados, sí, pero no es su único problema. Una recorrida por los tribunales deja ver que los juzgados trabajan en salas de pocos metros, sin ventilación, sin buena luz, con expedientes en cada rincón, muchos en el piso, y con suciedad a la vista.

La paradoja es que, justamente, en el ámbito de la justicia laboral la gente trabaja sin las más mínimas y básicas normas de seguridad e higiene, aquellas que, si no se cumplen, llevan a que se cierre una empresa después de una inspección.

"Hoy, cuando está en plena discusión cómo cuidar a la gente en el trabajo, los tribunales laborales son una verdadera muestra de lo que no se debe hacer. El personal trabaja en oficinas que no pasarían una inspección de Seguridad e Higiene de la ART ni de la autoridad gubernamental", dice el abogado laboralista Juan Carlos Cerutti.

"Si bien la ley de seguridad e higiene en el trabajo data de 1972 (la N° 19.587), ha tenido varias y profundas modificaciones. La Superintendencia de Riesgos del Trabajo tiene manuales y recomendaciones para todos. Por cierto, los edificios de los tribunales laborales porteños no las cumplen". Allí, a simple vista se pueden observar desperfectos en el piso y las escaleras, y deficientes instalaciones contra incendios. Tampoco se mantienen los pasillos libres de obstáculos y hay muchas otras fallas de seguridad e higiene. ¿Una de las peores? El hacinamiento.

Cada día laborable, miles de personas recorren los pequeños pasillos de los tribunales y para cada trámite deben hacer una larga cola. Para empezar, sólo para tomar el ascensor, la fila puede dar vuelta la cuadra.

"No es como en las películas", dice el abogado Ricardo Foglia (h.), que aclara que hay mucho papel implicado en cada una de las instancias. "Todos los procedimientos de los juicios están determinados y son largos. Comienzan con una carta documento por un despido, por ejemplo. Se pasa por el Servicio de Conciliación Laboral (Seclo), una instancia de mediación obligatoria en la Capital Federal, y si no hay acuerdo se presenta la demanda escrita ante la Cámara Nacional de Apelaciones, donde se sortea un juzgado, que a su vez emite una cedula de notificacion a la parte demandada con los plazos...

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