Okupas culturales y piquete tuerca

Al fin fue liberada la Sala Alberdi , pero fue ocupada casi al mismo tiempo una buena parte de las avenidas Figueroa Alcorta y Libertador, y la calle Tagle como circuito de la carrera del Súper TC 2000 que tiene lugar en estas horas. Una gran paradoja.

Ambos contrastantes temas conviven en las primeras planas de los diarios, en la TV y en los sitios de Internet. Y las aguas volvieron a dividirse en materia de críticas y adhesiones.

Un mismo gobierno, el de la ciudad de Buenos Aires, fue víctima en el primer caso de la desaprensión de artistas "con facas y bombas molotov", como los describió Mauricio Macri, y en el segundo es el gran artífice de poner patas arriba una zona neurálgica de la ciudad durante veinte días o más.

La excusa es generar un evento que atraiga cerca de un millón de personas, como el año pasado, aunque esta vez no cuente, por razones obvias, como entonces, con la bendición de los autos participantes por parte de Jorge Bergoglio, ahora papa y totalmente tomado en estas horas por las sucesivas ceremonias de Semana Santa.

Como un resabio residual del asambleismo que emergió con la crisis de 2001, la Sala Alberdi, reducto del Cultural San Martín, de muy escasa significación en sus logros, fue puesta en involuntario cautiverio en nombre de la defensa de lo público, por más que quienes se apropiaron de ese espacio, lo privatizaron de hecho en pos de sus reducidas y radicalizadas aspiraciones.

Funcionales al kirchnerismo, que hostiga en todos los frentes y de todas las maneras posibles, al gobierno porteño, los okupas eternizaron su toma, alentados por cierta anomia policial y judicial que, mirando para otro lado, o estirando lo más posible la resolución del conflicto, sólo lograron poner una vez más en cuestión la gobernabilidad de la principal ciudad argentina.

Provocaron un crescendo que dejó devastada, tras su liberación, la sala tomada y que extendió los daños y los acampes a otras partes del complejo cultural.

El movimiento okupa -que define a aquellos que se instalan en inmuebles ajenos, por lo general abandonados, que hacen suyos- surgió hacia fines de los años 60 en Gran Bretaña. En origen, fue una expresión contracultural de hippies y punk. Pero con el tiempo, y en su paso a otros continentes, los okupas, sin perder su sesgo rebelde, adquirieron un tono más social, político y combativo.

Los okupas del Alberdi tuvieron en los "artistas alternativos" de Rosario su más lejano antecedente, al tomar, en 1996, los viejos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR