Ojo, mucho cuidado, se despertó Macri

trajo extraordinarias novedades. La primera: hay un presidente. Quiero decir: salió de su encierro, de su letargo. "Se despertó ", dijo alguien. O lo despertaron. ¿Habrán sido las encuestas? Mientras hablaba, la TV mostró a un diplomático extranjero durmiendo a sus anchas. No sabe lo que se perdió. De haber escuchado, podría informar a su gobierno que el presidente argentino está en ejercicio y que no le comieron la lengua los ratones.Segunda novedad. Macri usó los 54 minutos del mensaje para diferenciarse de , su principal rival en octubre. ¡Y nunca fueron tan parecidos! Que no se me escandalicen los macristas. Déjenme que argumente. Si estamos en el horno, como estamos, como ningún funcionario sensato del Gobierno lo niega, es necesario que el cocinero mayor te consuele, te convenza de que la alternativa al horno es el infierno, te contenga, te dé fuerzas y esperanzas, te diga que si sentimos calor es porque estamos vivos. Eso de estar al espiedo y que nadie diga nada, nadie te muestre una salida, no va. Es cierto que Cristina hablaba mucho más de lo que hacía -"se habla encima", la caracterizó alguna vez Pagni-, pero si sus sistemáticos fracasos y contradicciones requerían de un relato para fraguar la historia, este ajuste feroz clama al cielo por una explicación, una palmada, un horizonte. Si se quedan callados mientras nos vamos poniendo oscuritos y crocantes es como que no hay ni explicación ni horizonte. Dios y Christine Lagarde no lo quieran.Tercera novedad. Macri grita. Sí, grita. Wow. Tremenda novedad. Grita, se entusiasma, entusiasma a los suyos (contabilicé 59 aplausos y ovaciones, algunos hasta sinceros), se energiza frente al micrófono, enfrenta las barras, las torea. Esa frase de respuesta a las rechiflas y ataques durante el discurso -"los gritos y los insultos no hablan de mí, hablan de ustedes"- es un hallazgo, una genialidad. Marche un bonus extra para el que se la arrimó. Macri fue, ¡por fin!, más político que ingeniero. Más presidente de Boca que CEO. Si no te sale ser Riquelme, sé Pernía. El "¡Ar-gen-tina, Ar-gen-tina!" con el que cerró de viva voz el mensaje tuvo esa tonalidad inequívocamente futbolera. Felipe Solá dijo que el recinto se había convertido en la Bombonera, con los macristas gritando goles. El Felipe sarcástico siempre es más agudo que el serio.Cuarta novedad, que en realidad no es una gran novedad. El Presidente se lanzó abiertamente a la campaña. Por momentos parecía que estaba hablándole a una...

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