Un oficio que está al borde de la extinción

Con el auge de las máquinas de escribir en la Argentina, durante las décadas del 70 y del 80, también hicieron su negocio los técnicos. Pero hoy, así como son pocos los que utilizan estas máquinas, también escasean los talleres donde las arreglan.Una búsqueda de LA NACION dio con no más de 25 casas en Buenos Aires, La Plata y Mar del Plata dedicadas a la reparación de máquinas de escribir. Ellos también venden máquinas usadas -entre 200 y 1000 pesos-, pero para no perder el negocio debieron ampliar su rubro a impresoras, teléfonos con fax e incluso balanzas."Hasta los 90 había un trabajo formidable", relató a LA NACION Luis Cartolano, de 47 años y actual dueño de Casa Manna, situada en Mar del Plata. Hoy, la situación empeoró: "Antes éramos cinco empleados y ahora estoy yo solo", detalló.Una situación parecida tuvo el local de Juan Zeshner, de 56 años y dedicado al rubro en la Capital desde hace más de dos décadas. "El mercado cambió completamente, por lo que tuvimos que ampliarnos a reparar equipos de computación, calculadoras, máquinas de fax y aparatos de audio", explicó Zeshner.Los repuestos de máquinas hoy son una figurita difícil de encontrar, sobre todo las cintas donde se apoyan los distintos tipos gráficos. "No hay más", sentenció Aníbal Agosta, dueño de la casa Jet...