La celebración del oficio

"La actuación fue la puerta, el primer laguito donde pude encontrar que era feliz, que podía tener un lugar para mí... Era un espacio en el que había personas iguales que yo, que carecían de lo mismo que yo. Entonces, si nos juntábamos, a lo mejor los deseos de que te quieran y de pertenecer a algo se cumplían... La actuación es el mundo más maravilloso que alguien puede pisar." Así describe Adriana Barraza al camino que eligió, el mismo que la llevó e integrar un elenco con Brad Pitt y a inscribir su nombre en la historia del cine como una de las actrices latinoamericanas que fueron nominadas al Oscar (en su caso, en la categoría mejor actriz de reparto por el film Babel , de Alejandro González Iñárritu).Para celebrar sus cuatro décadas en el oficio de la actuación, Barraza decidió llevar a escena un unipersonal autobiográfico que recorre los principales pasajes de su vida personal y actoral. La pieza, llamada Me doy el gusto , se estrenará mañana en el Teatro Picadero y fue coescrita por la joven Erika Halvorsen ( Hija de Dios ), quien también estuvo a cargo de la dirección. Además presentará, a partir de este jueves y en esa misma sala, Dos amores y un bicho , del venezolano Gustavo Ott, dirigida por Eduardo Pardo, una obra en la que encarna a una madre de familia y que protagoniza junto con su hija Ana Carolina Valsagna (quien vive en nuestro país) y su esposo, el actor argentino Arnaldo Pipke (ambos, por cierto, son su hija y su esposo también en escena).Sin dudas, Adriana Barraza lleva una vida agitada: forma parte del elenco del nuevo film de Diego Rafecas, Ley primera , dirige, junto con su esposo, su propia escuela de actuación en Miami (el Adriana Barraza Acting Studio) y por estos días estrena en México varias películas (entre ellas, una de animación en la que le presta su voz a una villana). Pero pese a sus múltiples roles y hogares, nada parece quitarle los pies de la tierra. En esta charla con LA NACION, Adriana Barraza nos habla de algunas postales imborrables de su vida, de la experiencia del Oscar, del desafío de trabajar bajo la mirada de Alejandro González Iñárritu y del unipersonal que estrenará en su segunda casa: Buenos Aires.-El unipersonal es una suerte de biodrama, ¿qué aspectos de tu propia vida recogiste? y ¿por qué elegiste a Erika Halvorsen como codramaturga y directora?-Bueno, la elección de Erika es porque mi hija, Ana Carolina Valsagna, es muy amiga de ella. A raíz de eso, empecé a conocer su obra y me gustó mucho...

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