La oficina que guarda lo que pudo rescatarse

ROSARIO (De una enviada especial).- Celulares, carteras, fotos, documentos, juguetes, libros. Todos cubiertos de polvo aguardaban a sus dueños en la seccional 3a. Algunos objetos pudieron ser identificados; otros permanecen anónimos. Desde que terminó la búsqueda de las víctimas, esta oficina se convirtió en un lugar especial, donde las emociones salen a flor de piel. Hay mucho silencio, respeto. Se respira un aire de intimidad.Cuando Anahí Salvatore llegó al lugar, sintió una inmensa alegría porque los voluntarios de Defensa Civil habían hallado parte del producto de su emprendimiento. Sobre una mesa con objetos encontrados entre las ruinas había un paquete con artículos de regalería que ella confecciona. Estaba sorprendida. "Ya los daba por perdidos", dijo la mujer. Por lo menos, podría entregar el trabajo al cliente que ya lo había abonado.Otro hombre pudo rescatar el álbum de fotos con las imágenes de su casamiento. Emocionado, no podía hablar cuando LA NACION intentó conversar con él. Ricardo Martínez, a cargo del operativo, cuenta que un joven hurgó en la caja donde fueron guardadas las fotografías. Al identificar una que le pertenecía optó por retirarse. "No quiero ver más nada", le dijo al padre, y se fueron en silencio.Juguetes perdidos por los chicos...

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