La oferta de sexo, al tope de los reclamos

"Señora prostituta, lleve adelante su trabajo en otro lugar, que hay chicos en la calle. Esto es un barrio digno, múdese ya." El insistente vozarrón que se potencia con un megáfono es de Jaime Binderman, un vecino de Flores, de 61 años, que se opone a la prostitución en la cuadra en la que vive y utiliza esta particular metodología, día tras día, para espantar a las meretrices.Así, este personaje de tupida barba, entre pintoresco y curioso, repudia la oferta de sexo de mujeres a metros de colegios y viviendas privadas en Bolivia al 2300, una zona que hace décadas es castigada por ese mal callejero. Sostiene este hombre que, por esa razón, desde 1996 quiere vender su departamento y no lo consigue. Y vaya paradoja, otros vecinos denunciaron a Binderman por "ruidos molestos". Finalmente, todo termina en la justicia contravencional.Hasta septiembre del año pasado, las faltas contravencionales que más denunciaron los vecinos en las 12 unidades Unidades de Orientación y Denuncias (UOD) del Ministerio Público Fiscal de la ciudad fueron, precisamente, la oferta de sexo en la vía pública (hubo 4553 presentaciones). Esta violación al Código se advierte hoy en distintos puntos de la ciudad, inclusive muchas de estas denuncias apuntan a la prostitución en departamentos privados.El caso de Binderman es uno entre cientos de los vecinos que rechazan la oferta de sexo en sitios públicos. Este hombre, que llegó al barrio en 1965, le inició juicio al gobierno porteño en mayo de 2009, porque reclama que no le corresponde abonar un aumento del impuesto de Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL), ya que, por la prostitución, su propiedad se devaluó de manera notoria. "El juzgado comprobó que las propiedades de Flores donde se ejerce la prostitución bajaron de 1500 dólares el metro cuadrado a 850 dólares. Mi propiedad valdría hoy 118.000 dólares, pero no me dan más de 48.000 dólares. Por lo tanto, el incremento del ABL no me corresponde", asegura Binderman.Hoy el top five de las denuncias de los porteños lo completan el uso indebido del espacio público, los ruidos molestos, la acción de hostigar, maltratar a otra persona y conducir ebrio o bajo los efectos de estupefacientes.Estas y otras acciones conflictivas, como organizar y explotar el juego ilegal en sitios privados o en la vía pública, moviliza hoy a los habitantes de la ciudad a requerir una instancia judicial para resolver los...

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